El funcionario público llamó al subalterno a su
despacho. Indicó que tenía un compromiso con cierto organismo multilateral para
ir a presentar un trabajo en un seminario internacional a realizarse en Adís
Abeba, Etiopía. El inconveniente para el funcionario era que estaba en medio de
un tratamiento de fisioterapia que no podía suspender por 7 días, y propuso al
subalterno efectuar el viaje en su lugar, representarlo y hacer la exposición
en el evento.
Al funcionario le urgía la respuesta del subalterno, pues
en el titubeo de viajar o no, se venció la fecha fatal para hacer los trámites
administrativos y logísticos. El subalterno enmudeció por un minuto al final
del cual, le confirmó a su jefe la disposición de ir. El funcionario comunicó
al organismo la sustitución del viajero y allí le indicaron que había un cupo
más para Honduras. El funcionario encargó al subalterno buscar un candidato en la
dependencia apropiada del gobierno.
Luego de varios intentos, el subalterno se comunicó
con un funcionario de nivel intermedio en la dependencia y después de informarle lo que consideraba una ‘oferta’ atractiva, la persona contactada le
respondió de inmediato con tres pretextos: 1) Esta propuesta es muy a quema
ropa; 2) No manejo bien el inglés; y 3) Tengo que consultarle a mi familia. Después
de dos horas de espera, la respuesta definitiva fue, declinar.
La República Democrática Federal de Etiopía, antes
Abisinia, es un país mediterráneo localizado en el Cuerno de África. Entre 2001
y 2010 tuvo un crecimiento económico de 8.5% anual y en el lapso de 2011 a
2015, lo elevó a 10% anual. En 2011, lideró la lista de países denominada por
la revista The Economist: “the lion kings” africanos. Es el tercer país más
poblado del continente africano con 56 millones de habitantes en 2020. Nunca ha
sido colonizado, y fue ocupado por Italia por 5 años de 1936 a 1941. Fue el
segundo país del mundo después de Armenia en abrazar el cristianismo. De hecho,
en Etiopía coexisten sin sobresalto dos religiones más: el judaísmo y el
islamismo. Su idioma oficial es el amhárico y es ampliamente extendido el uso
de otros 4 idiomas. La cultura etíope es amplia, rica y antigua.
El itinerario de 2 días de ida del viajero emergente
fue: Tegucigalpa, San Salvador, Miami, Londres, Amán, Adís Abeba. En el lugar
del evento cambió impresiones con funcionarios africanos, asiáticos y latinoamericanos,
incluido un nacional de otro país de Centroamérica, cuyo limitado manejo del
idioma inglés no constituyó óbice para lanzarse a la aventura. El viaje de
regreso, igual de 2 días incluyó: Paris, Miami, Tegucigalpa.
Es el miedo, la adaptación al estado de confort y la
falta de espíritu aventurero o simple curiosidad que conspiran en inducir a un
individuo a desaprovechar oportunidades, que a veces, no se repiten.