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viernes, 14 de diciembre de 2018

HONDURAS: AGENDA COMPLEMENTARIA DEL CAFTA

Extracto Resumen Ejecutivo
Daniel Meza Palma
Junio 2005
Tomado de Las Agendas Complementarias del CAFTA-DR en Centroamérica, LATN, diciembre de 2007.

Nota: Honduras en 2005 tenía un déficit comercial con EUA de 1,029 millones; en 2010, de 1,604 millones; en 2015 1,927 millones; y en 2017 2,325 millones. Plazos de desgravación hacia los productos estadounidenses están próximos a reducirse a cero (entrada libre).

La agenda complementaria, está vinculada a la importancia de las relaciones económicas bilaterales prevalecientes entre Honduras y Estados Unidos de Norteamérica, en niveles de comercio, inversión y tecnología, básicamente. Sin embargo, constituye una oportunidad para formular una agenda de país, mas allá de CAFTA-RD, que tome en cuenta otros tratados de comercio y en concreto, una visión de desarrollo del país para el largo plazo.
Las implicaciones del CAFTA-RD, pueden segregarse en un esquema deductivo, desde lo que tiene que hacer Honduras, partiendo del nivel macro, multisectorial, sectorial, por rama de actividad y finalmente a nivel de rubro negociado. Sin embargo, este no es el formato que contiene la agenda hondureña.
El comercio de bienes es en donde se focaliza la Agenda. Sin embargo, todos los temas del Tratado tienen repercusiones institucionales, legales, económicas y sociales para Honduras. La gran cantidad de temas negociados, obliga a Honduras, concentrarse en las acciones requeridas para las actividades cuyos plazos son más perentorios. Sin embargo, no se debe descuidar los esquemas de seguimiento y evaluación de impacto del tratado, así como aquellos compromisos, que aparentemente se refieren al largo plazo, pero que es preciso ir considerando con suficiente anticipación.
Entre otras consideraciones, la agenda debe responder a condiciones fundamentales: lo prioritario y lo perentorio; las oportunidades y los desafíos; los costos y los beneficios. Adicionalmente, debe separarse lo bilateral, de lo multilateral.
Cuatro aspectos pueden considerarse dentro de la agenda complementaria del CAFTA:  i) los atinentes a la aplicación del tratado mismo es decir los rubros desplazados y el costo de compensar a los perdedores; 2) El costo estatal de cumplir con los compromisos asumidos en diversos campos de implementación;  3) Los costos de cumplir con aquellas medidas que aumenten y sostengan nuestra competitividad; y 4) El costo privado de los productores/exportadores de cumplir con los requisitos establecidos por el CAFTA-RD.
La agenda debe responder a la reestructuración orgánica del gobierno para el desempeño de funciones en materia de comercio exterior; los trabajos de preparación efectuados para la negociación y divulgación del CAFTA-RD; la gestión y roles desempeñados por las instituciones involucradas en la administración e implementación de tratados; y finalmente, las políticas sectoriales adoptadas para la transición hacia el libre comercio.
Se considera de urgente continuar con el proceso de cambios institucionales y de normas y procedimientos en aquellas entidades vinculadas con los temas que se mencionan a continuación, para lo cual es necesario contar con el apoyo decidido de los cooperantes en las áreas siguientes: 
i) la modernización del aparato productivo; ii) fortalecimiento de capacidades en materia de negociación y administración de tratados; iii) desarrollo y fortalecimiento de capacidades para el manejo de instrumentos comerciales tales como salvaguardias, contingentes arancelarios, reglas de origen, normas técnicas, estándares internacionales y certificación de productos iv) vigilancia y cumplimiento de normas fitozoosanitarias y la inocuidad de alimentos; v) servicios de metrología; vi) simplificación de procedimientos administrativos; vii) aspectos laborales; viii) políticas de competencia y derechos de protección a los consumidores;  ix) la micro, pequeña y mediana empresa; x) aumento de la competitividad; xi) adecuación de marcos institucionales y legales; xii)  mejoramiento de los servicios de generación y transferencia de tecnología; xiii) ampliación y mejoramiento de la infraestructura básica y productiva; xiv) gestión ambiental y la reducción de la vulnerabilidad y del riesgo; xv) vigilancia y cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual; xvi) mejoramiento del clima de inversiones, especialmente en las áreas de seguridad jurídica y personal; xvii) solución de controversias; y xviii) sistemas de información comercial y E-commerce.
Un diagnóstico realizado recientemente, sobre el entorno legal y comercial de Honduras, muestra que el país ha aprobado nuevas leyes mercantiles para acercarse a los estándares internacionales. Sin embargo, todavía hay que realizar más reformas y otorgar prioridad a los procesos de implementación de las disposiciones contenidas en las mismas. 
Honduras enfrentará carencias humanas en la administración de tratados y se requiere un gran esfuerzo de capacitación en el personal de las instituciones que estarán involucrados. Adicionalmente, los recursos financieros para la implementación de la Agenda son escasos y deberán ser complementados con cooperación internacional.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que los actores fundamentales del TLC son los productores. A ellos deberán dirigirse la mayor parte de los esfuerzos de capacitación, actualización, protección y seguimiento de los resultados del CAFTA. Los proyectos deberán estar centrados en incrementar la competitividad y la inteligencia de mercados.
Finalmente, la agenda, debe contar con: i) un calendario de cumplimiento de compromisos; ii) establecer la entidad nacional responsable según el caso; iii) identificar las fuentes de financiamiento que facilitarán la implementación; y iv) dimensionar los costos totales de la aplicación de la agenda.


lunes, 15 de octubre de 2018

VENTAS


VENTAS
Para garantizar la satisfacción de los clientes, los vendedores de bienes y servicios deben asegurarse de que lo ofrecido es  cierto y que al momento de utilizar lo adquirido, el comprador estará libre de sorpresas desagradables. Una buena venta debe estar ausente de medias verdades que puedan inducir al cliente, a devolver lo comprado.
Es posible que la política del engaño  responda al afán de los ejecutivos de un negocio por incrementar las ventas y que los vendedores solo responden a ese infortunado modus operandi. Sin embargo, a la hora de generarse una desavenencia el cliente señala al vendedor que busca asegurar su salario,  como responsable de su reacción, cuando la fuente del conflicto está en otro lugar y responde a otras motivaciones de lucro desaforado.
La peor actitud de un negocio al intentar expandir sus ventas es partir de la hipótesis de que todo cliente al que le ofrecen por ejemplo, un producto financiero como una tarjeta de crédito, no se percatará de que, al momento de utilizarla, los beneficios que le indicaron estaban incluidos en el instrumento de pago, eran exageradamente condicionados.
Cuando un cliente de tarjetas de crédito  tiene perfil  clase A porque paga sus saldos de contado,  la lectura que debe hacer un vendedor es que se encuentra ante alguien que toma en serio sus finanzas en cuanto a ingresos y gastos se refiere. El comportamiento de alguien que paga de contado no responde necesariamente a una persona de altos ingresos. Sencillamente se trata de alguien que analiza cuidadosamente las ventajas que otorgan los instrumentos financieros a favor de sus clientes y toma ventaja de ellas. Es un esquema en donde el cliente libra de dolores de cabeza al ente emisor.
La venta de beneficios ficticios de una tarjeta de crédito puede llegar a desarmar el equilibrio financiero que un cliente ha logrado establecer en el tiempo como consumidor de productos financieros y dañar su limpio comportamiento con otros entes del sistema con los que mantiene relaciones financieras.
En conclusión, las ventas amañadas atentan contra el cliente, la entidad misma que estimula este comportamiento perverso   y las otras entidades con las que el mismo cliente mantiene responsabilidades.