sábado, 30 de mayo de 2020

FASE CERO


Conforme a documentos y declaraciones no oficiales, se derivan algunos parámetros de la propuesta de reactivación inteligente de la economía en medio de la pandemia del COVID-19.
Se encuentran dos criterios básicos para la apertura gradual por regiones teniendo en cuenta la incidencia de la enfermedad y la densidad poblacional así: Región 1: baja; Región 2: media; Región 3: alta.
Respecto al plazo para la reapertura paulatina de la economía a partir del 1 de junio de 2020 se utilizan 4 criterios: incidencia, densidad, capacidad hospitalaria y relevancia económica mientras el avance de la reactivación se ve modificado para los establecimientos con base en su fuerza laboral:
TABLA UNICA. PROGRESION TERRITORIAL DE LA FUERZA LABORAL
FASES
REGION 1 %
REGION 2 %
REGION 3 %
1
60
40
20
2
80
60
40
3
100
80
60
4
-
100
80
5
-
-
100
Inicio
1/6/2020
1/6/2020
1/6/2020
Final
15/7/2020
30/7/2020
15/8/2020
Días
45
60
75
Fuente: EEl Reto de la Reapertura y Reactivación económica
La fuerza de trabajo de los negocios estaría reintegrada en su totalidad el 15 de agosto de 2020, exceptuando el personal vulnerable, que estaría sujeto a un régimen especial no especificado hasta ahora.
Hay regímenes de excepción para las siguientes actividades: transporte público, restaurantes, centros comerciales, centros de entrenamiento deportivo e iglesias.
La definición de incidencia de la OMS es: “la cantidad de casos nuevos de una enfermedad…” Es nuestro criterio que, por el tiempo de desarrollo de la enfermedad y su tratamiento diferenciado, es preferible usar ambos criterios: incidencia y prevalencia, pues este último indica la cantidad acumulada de contagiados.
La actividades y parámetros de la FASE CERO previstas son:
Para las empresas: Preparar lugares de trabajo; adoptar protocolos de bioseguridad; capacitar a los empleados; gestionar salvoconductos; y cumplimiento de medidas de bioseguridad.
Para el gobierno: asegurar la dotación de equipo de protección temporal en el primero y segundo nivel de atención para los empleados de salud y de apoyo que intervienen en el proceso de atención médica con  énfasis en las regiones 2 y 3, en donde existe evidencia de casos COVID-19; distribución de tratamientos ambulatorios y hospitalarios en los centros de atención COVID-19 a nivel nacional privilegiando las regiones 2 y 3;  realizar pruebas rápidas,  aprobadas por la Secretaría de Salud, en las 18 cabeceras departamentales del país, para validar el comportamiento de la pandemia, segregando para empresas con más de 100 empleados, 5% pruebas diarias y empresas con hasta 10 empleados, 1 prueba diaria. Iniciar con 2,000 pruebas y alcanzar 5,000 pruebas rápidas diarias.
Además, asegurar acceso a la base de datos del Sistema de Vigilancia de Salud de la SESAL y a la Unidad de Epidemiología del SINAGER para conformar una línea base al  inicio de la reapertura económica; consolidar y asignar recursos financieros a la SESAL para la contratación de personas que atiendan los  relevos por condiciones de retiro, padecimientos de salud o prolongados períodos de servicio; y establecer en 10% el mínimo de pruebas periódicas a realizar en centros de trabajo, bajo la coordinación del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
En general, los argumentos y la lógica de la propuesta son consistentes con planteamientos científicos reiterados. La reapertura económica, asociada al incremento de pruebas de hasta un 1,000%, refleja la necesidad de compatibilizar la reactivación económica con la gestión simultánea de la pandemia del COVID-19.



domingo, 17 de mayo de 2020

ENCRUCIJADA




Después de 2 meses de declararse la emergencia para contener la pandemia del COVID-19, sus efectos en la  irrupción de las actividades de los habitantes de Honduras, se anticipan devastadores en términos del número de vidas perdidas; la cantidad de contagiados; la presión inesperada sobre el frágil sistema de salud; los recursos financieros públicos utilizados; el impacto económico en las empresas y los trabajadores; y la incertidumbre de los actores económicos sobre la duración de las medidas de contención y la velocidad con que se retornará a la ‘normalidad’.
TABLA UNICA. HONDURAS, PRODUCTO INTERNO BRUTO ENFOQUE DEL INGRESO Montos en miles de millones de lempiras, años 2015 y 2019
COMPONENTES
2015
2019
Monto
%
Monto
%
Remuneración asalariados
202.5
44
268.9
44
Impuestos netos de subvenciones sobre producción e importaciones

48.7

11

68.1

11
Excedente de explotación bruto
141.5
31
193.0
31
Ingreso Mixto bruto
67.7
15
85.0
14
PIB a precios de mercado
460.4
100
615.0
100
Fuente: Banco CentraFuenteF
Fuente: Banco Central de Honduras, Elaboración propia
La actividad económica disminuida a causa de la pandemia ha repercutido en la baja de los ingresos del gobierno, los empresarios y la población en general. Mientras tanto, los esfuerzos realizados hasta ahora para contener el COVID-19, no se manifiestan recíprocos según las cifras disponibles sobre sus efectos, pues, al contrario, reflejan incrementos preocupantes en los principales datos epidemiológicos de número de contagiados, hospitalizados y fallecidos.
Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la referencia para considerar un apropiado número de pruebas para medir el nivel de contagio puesto que existen pacientes sintomáticos y asintomáticos es cuando el número de casos positivos es menor o igual al 10% de las pruebas realizadas. Y Honduras se encuentra actualmente alejada de ese parámetro.
Desde luego, que las regiones del país y las actividades económicas en su ámbito geográfico manifiestan condiciones diversas en términos de la situación epidemiológica existente, así como la exposición a la que se enfrentarán sus actores económicos, una vez se vaya abriendo paulatinamente la acción de los negocios y luego, la de otras instituciones que absorben millones de participantes como las entidades educativas.
Al no contar con un panorama claro de la situación epidemiológica general con respecto al coronavirus, y la posibilidad de lanzarse a ciegas a una aventura, la disyuntiva constituye elegir entre la premura por retornar a la generación de ingresos de los actores económicos y el temor que, no estén dadas las condiciones para dar el paso de manera segura, sin exponer el tiempo utilizado en confinamiento; las inversiones efectuadas en bioseguridad; y garantizarse la certeza de no contagiarse.
Quienes asumen las decisiones en el país, deberán tomar las acciones que simultáneamente conlleven el menor daño humano y económico. En el ámbito personal, cada individuo escogerá su mejor opción teniendo en cuenta sus propias consideraciones en su condición de Homo economicus u Homo naturalis.


domingo, 10 de mayo de 2020

ECONOMIA DE LA SALUD


Según la fundacionmercksalud.com es la rama de la Economía que estudia la producción y distribución de salud y de atención sanitaria. Tuvo su origen en la segunda mitad del siglo XX y su mayor desarrollo en las recientes tres décadas.
Para el gestor sanitario es clave la Evaluación de tecnologías sanitarias, que incluye la valoración de las propiedades técnicas, eficacia clínica, impacto organizativo, consecuencias sociales, e incluso implicaciones éticas, que se producen a corto y largo plazo, así como sus efectos directos e indirectos, tanto deseados como no deseados, derivados del uso de dicha tecnología. La evaluación de las tecnologías es un proceso que integra disciplinas que mezclan, ciencia, economía y política.
Los principios de la Economía de la Salud están previstos para condiciones “normales”. Los efectos de la pandemia del COVID-19, tiene connotaciones más parecidas a una economía de guerra, con una gran diferencia: el enemigo es quasi invisible; ataca con los humanos que contagia; y lleva su guerra por el planeta sin que la ciencia descubra hasta ahora, la vacuna que contenga su propagación.
Los gobiernos en una economía de guerra se abastecen para prever los ataques enemigos y se alcanza el pleno empleo. Con la pandemia una reducida parte de la fuerza de trabajo actúa en tres tareas fundamentales: 1) Imponer el orden para obligar a la población a seguir instrucciones; 2) Salvar a los contagiados; y 3) Facilitar la oferta de bienes y servicios esenciales para la sobrevivencia de toda la población. El éxito de las medidas adoptadas ha estado correlacionado con la capacidad de los sistemas de salud; el nivel educativo y comportamiento de la población; y el instrumental médico disponible para el personal sanitario.
Desde que se estableció el primer toque de queda geográfico parcial el 20 de marzo de 2020, la población hondureña está condicionada al lapso de confinamiento más prolongado de los últimos 80 o más años.
El 21 de abril de 2020, CEPAL publicó “Dimensionar los efectos de COVID-19 para pensar en la reactivación”, que plantea la situación en 2019 para Latinoamérica y el Caribe (LAC) e incluye algunas cifras de diagnóstico y pronóstico para 2020, respecto a Centroamérica y Honduras. La prolongación de las medidas de control de la pandemia exigirá revisar los escenarios del reporte de CEPAL.
La reducción del Producto Interno Bruto (PIB), está estrechamente vinculada al comportamiento del PIB de los países que adquieren las exportaciones hondureñas: Estados Unidos, la Eurozona y Centroamérica. Las limitaciones presupuestarias y el gasto fiscal serán más severas al disminuir la actividad económica.
Según CEPAL, las remesas hacia LAC, que en 2019 significaron 20% del PIB para Honduras, se verán reducidas entre un 10% y 15%, pues las actividades preferidas de los emigrantes como construcción, hoteles, servicios personales y restaurantes han visto disminuidas sustancialmente su activar en los países de destino por medidas relacionadas con el distanciamiento social.
El turismo, que para 2018 alcanzó el 12% del PIB e igual proporción, para el empleo en Honduras, tendrá un importante descenso en 2020.
A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno hondureño, monetarias y crediticias y el diferimiento en los pagos de algunos impuestos, las empresas siguen enfrentando dificultades de ingreso, acceso al crédito y flujo de caja; mientras los trabajadores tropiezan con apuros de empleo e ingreso.
Conforme a CEPAL, el impacto en los sectores económicos en Honduras se clasifica en: i) Los menos afectados: agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, 12.1%;  ii) Los medianamente afectados: explotación de minas y canteras, industrias manufactureras, suministro de electricidad, gas y agua, construcción, intermediación financiera, inmobiliarias, servicios empresariales y de alquiler, administración pública, servicios sociales y personales, 63.6%;  iii) Los más afectados: comercio al por mayor y al por menor, reparación de bienes, hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, servicios en general, 24.1% del PIB.
Existe una propuesta reciente del gobierno, Consejo Hondureño de la Empresa Privada y representantes de la Sociedad Civil que consta de 6 fases denominada Plan Nacional de Reapertura y Reactivación Económica:
Fase 1(marzo 2020): Sectores esenciales;  Fase 2 (primera quincena de mayo 2020):  Infraestructura y vivienda; Restaurantes, ventanilla y delivery; Manufactura electrónica; Almacenes y tiendas por Departamento; Fase 3 (segunda quincena de mayo 2020): Manufactura textil y BPOs, regímenes especiales; mercados especializados; MiPYME Fase 4 (primera quincena de junio2020): transporte público; Industria no alimentaria; distribuidora de vehículos y autopartes; Fase 5 (segunda quincena de junio): Centros comerciales; tiendas comercio formal calle; servicios personales (salones de belleza, barberías y gimnasios); Fase 6 (primera quincena de julio 2020: Gobierno.
La reapertura económica sostenida dependerá de la confiabilidad en el comportamiento decreciente de los datos epidemiológicos del COVID-19.

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