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domingo, 13 de septiembre de 2020

MUSICA E IDENTIDAD NACIONAL

“La música popular es la identidad nacional”

“Liliana Herrero es filósofa y una de las voces más particulares de la música. Esencial en todo concierto de Fito Páez, dice que se acerca a Atahualpa Yupanqui del mismo modo que a Sarmiento. Esboza una forma posible de repensar el ser nacional.”

https://www.infobae.com/2007/07/09/325541-la-musica-popular-es-la-identidad-nacional/

Los atletas, parados en el pódium. La mirada dirigida hacia el pabellón nacional. Al compás solemne y sincronizado del himno, la bandera se desliza lentamente hasta arribar al coronamiento del mástil. La emoción y las imágenes refulgentes de la patria, cercana o lejana, hace brotar lágrimas, no sólo a los galardonados, sino también a los compatriotas que los acompañan para animarlos.

El himno nacional es la cimera expresión de identidad de un pueblo con su lar nativo. Es la mixtura de letra y música que toca las fibras más sensibles del espíritu.

Además del nacional, Honduras cuenta con himnos que resaltan el amor a la madre, al pino, a Lempira, a Centroamérica (La Granadera), a Morazán, a Valle, a Cabañas, entre otros.

Luego están las diversas variaciones de cultura musical distribuidas en música folclórica, popular, romántica, etc. Y unido a la música, el baile y la danza. Baile típico, La Punta; danza, clasificada en campesina y afro.

La poesía y la música se entrecruzan cuando letra, canción y melodía conforman un módulo estructurado.

La música popular se vincula más a la geografía física y humana. En la parte humana, exalta la belleza y virtudes de sus habitantes y sus complicadas vinculaciones afectivas, amorosas, de admiración y respeto. Amores exitosos o frustrados. Todo aquello inspirado en la nostalgia de lo correspondido o ignorado. En el ámbito físico, la musa surge de la hermosura de los accidentes geográficos; de la composición hidrográfica de la nación. Y se canta a las montañas y a los valles; a los ríos, a los lagos, lagunas y mares. O la creación levita y trasciende la superficie de la tierra para buscar cobijo en un manto de nubes, en el color del cielo o en la esplendorosa luminosidad de las estrellas.

En el canto a la tríada población, territorio y gobierno, este último lo que más inspira es música protesta, sinónimo de resistencia a sus iniquidades.

En suma, la música canaliza las alegrías y tristezas de un pueblo; la belleza de su gente y la hermosura de su territorio, de sus recursos fluviales; la ansiedad por la concreción de sueños diferidos. La música es catarsis y resiliencia. Revela la capacidad de los pueblos para sobreponerse a las adversidades, cantando.

  

miércoles, 24 de enero de 2018

RE

Luego de la nota musical Do sigue la nota musical Re, cuyo nombre viene del latín “Resonare fibras” que significa exaltar a pleno pulmón, tiene una frecuencia de 294 Hz, posee 2 tonalidades principales las cuales son el Re mayor y Re menor, las cuales a su vez tienen sub divisiones como el Re bemol mayor y el Re sostenido menor (www.notasmusicales.org). El Re menor, como todas las demás tonalidades menores da un aire de tristeza el cual es usado ampliamente en la guitarra; con el Re sostenido menor, se escoge su enarmónico para versiones melódicas ascendentes y descendentes en instrumentos como el arpa.
Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) Re es un prefijo que refleja los sentidos de repetición, movimiento hacia atrás, intensificación, oposición o resistencia y significa respectivamente reconstruir, refluir, recargar, rechazar y reprobar.
Re como nota musical con sus movimientos y acomodos a determinados instrumentos de cuerdas que evocan tristeza y Re como prefijo con acepciones de adelantos y retrocesos, retratan la antagónica conducta humana de construir y destruir.
Y es entonces como en política encontramos el vehemente deseo de quienes alcanzan el poder y sus acciones denodadas por mantenerse en él a cualquier costo a pesar que, la música suene a melodía celestial para quienes lo detentan y a su vez resulte en sonidos desoladores para aquellos que deben soportar la conducción de dirigentes que se anquilosan en las posiciones del poder utilizando todo tipo de artimañas para garantizar para sí y para quienes los apoyan, canonjías a costa del resto de la población.
Como se ve, no todo lo vinculado a Re es necesariamente negativo. Lo triste, es el vocablo que sigue al prefijo escogido por quienes se encuentran en posición de llevar a la práctica sus mezquinas ambiciones. Y la palabra reelección se ha convertido en una especie de epidemia para los políticos en buena parte de la geografía planetaria, según Freedom House, con 55% de la población mundial en 2018 viviendo en países parcialmente democráticos o simplemente totalitarios.