domingo, 30 de octubre de 2022

INFLACION, PLANIFICACION Y PRESUPUESTO

 

Con base en estudios realizados, el Banco Central de Honduras (BCH) modificó para 1999 la base del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que regía desde 1978. Incluye 282 productos contenidos en 12 rubros (TABLA) donde el peso de Alimentos (1) y Alojamiento (4) representa el 51.1% de la ponderación total. Reportes indican que el BCH estaría en proceso de actualizar la base vigente del IPC.

TABLA UNICA. Índice de Precios al Consumidor Honduras Base 1999=100

RUBRO

PONDE

RACIÓN %

ACUMU

LADO 2019*

ACUMU

LADO 2022**

1)Alimentos y bebidas no alcohólicas

31.8

277.3

351.2

2) Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes

0.4

404.8

483.1

3) Prendas de vestir y calzado

8.2

307.6

361.5

4) Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles

19.3

382.6

424.4

5) Muebles, artículos para la conservación del hogar

6.7

345.1

444.6

6) Salud

3.7

385.5

486.4

7) Transporte

9.1

365.9

452.7

8) Comunicaciones

1.7

76.0

77.3

9) Recreación y cultura

4.0

230.6

284.2

10) Educación

3.4

596.7

744.2

11) Restaurantes y Hoteles

7.2

356.4

425.0

12) Cuidado personal

5.2

310.4

366.7

Índice General

100.0

326.7

396.1

Fuente: Banco Central de Honduras, *agosto 2019 **agosto 2022

Los datos acumulados a agosto de 2022 revelan que el rubro con mayor crecimiento inflacionario en los últimos 23 años ha sido Educación con 744.2. Le sigue Salud con 486.4, Bebidas con 483.1, Transporte con 452.7 y Restaurantes con 425.0. Los 7 rubros restantes oscilan entre 424.4 Alojamiento, 366.7 Cuidado personal, 351.2 Alimentos y 77.3 Comunicaciones, el rubro más bajo.

Conciencia por una sólida formación de niños y jóvenes concentra buena parte de los gastos de las familias en educación bilingüe y la inclinación por mayor escolaridad en lo concerniente a universidades públicas y privadas. Comparada con 2019, la prelación del rubro educación se mantiene a pesar de que, la pandemia COVID19 recluyó en sus casas a estudiantes y maestros y los obligó a clases virtuales.  

En Salud, el deterioro de los servicios públicos en atención, exámenes y medicamentos obligó a pacientes COVID y de otras morbilidades a buscar en el sector privado opciones de mejor calidad, pero de más alto costo. En este rubro el impacto resulta duplicado para cotizantes a atención pública que privilegian el servicio privado.

En Bebidas se aglutinan hábitos asociados al esparcimiento en ausencia de una oferta ampliada en dicha área.

El Transporte se ve afectado por el precio de los combustibles, repuestos, pagos extraoficiales e inseguridad. El quinto rubro, Restaurantes y Hoteles mantiene algunos precios y tarifas plegadas a la moneda dólar, utiliza una buena proporción de insumos importados y depende de rubros nacionales que han aumentado sustancialmente los precios. El rubro de Comunicaciones no revela los cambios sustanciales ocurridos durante la pandemia en el consumo incrementado de servicios de internet y telefonía digital.

El BCH anticipa que la inflación alcanzará 10.3% en 2022 y 5.0% en 2023 que afectará significativamente el poder adquisitivo de los consumidores en 2023. La volatilidad de los precios de los combustibles; la disminuida oferta mundial de alimentos, maquinaria y equipo; y la disrupción de las cadenas de abastecimiento, afectada por la pandemia y agudizada por la guerra en Ucrania, persistirá mientras dure el conflicto en Europa.

En el intento por amortiguar los incrementos de precios, es previsible que la presión sobre la asistencia en salud y educación pública, aumentarán de parte de la población hondureña en 2023. Sin embargo, la inversión pública prevista en el anteproyecto de presupuesto general de la República 2023, prevé lo siguiente al comparar los años 2023 con 2022: disminución de 24.5 % en salud y de 56.6% en educación (Páginas 15 y 16, Exposición de motivos).

Dado que el presupuesto 2023 se aprobará en diciembre, hay espacio para efectuar ajustes al mismo y tornarlo consecuente con la situación económica y social que prevalecerá el año próximo.

 

 

 

sábado, 15 de octubre de 2022

INCENTIVOS FISCALES

 

En el análisis de un asunto económico se utilizan las herramientas usuales de la ciencia económica y también por comparación, las metodologías de estudio que usan otras ciencias. En un paralelo relativo al tema de los incentivos fiscales, se puede pensar en un símil con la ciencia médica y más precisamente con la anatomía o la necroscopia ya sea que se trate de estudiar a un ser vivo o descubrir anticipadamente las causas de su muerte, después de provocada.

En el ámbito de las exoneraciones o gasto tributario, por más de 100 años, Honduras ha utilizado el expediente fiscal en ausencia o precariedad de los otros estímulos que suelen atraer a los inversionistas. La importancia de la actividad bananera, se fundamentó en los incentivos tributarios que se dirigieron a la producción y exportación de banano, así como a sus ramas vinculadas.

El documento, Diseño y evaluación de incentivos tributarios en países en desarrollo, Naciones Unidas, Nueva York, 2018, señala los factores no tributarios que influyen en las decisiones de inversión:

1. Política macroeconómica y fiscal coherente y estable.

2. Estabilidad política.

3. Infraestructura física, financiera, jurídica e institucional adecuada.

4. Administración pública eficaz, transparente y responsable.

5. Fuerza laboral calificada y legislación laboral flexible que regule las relaciones entre el empleador y el empleado.

6. Existencia de mecanismos adecuados de solución de controversias.

7. Normas sobre cambio de divisas y posibilidad de repatriar las ganancias.

8. Condiciones lingüísticas y culturales.

 9. Tamaño y eficiencia de los mercados.

El mismo documento señala como beneficios directos de los incentivos fiscales para la inversión extranjera directa: el aumento de capital, la transferencia de conocimientos y tecnología, el crecimiento del empleo y la prestación de asistencia para mejorar las condiciones en zonas menos desarrolladas.

En cuanto a beneficios indirectos se indican los siguientes: el efecto de instalar un establecimiento grande no solo genera un aumento de la inversión y el empleo de éste, sino también en las empresas que suministran y distribuyen los servicios y productos vinculados.

El crecimiento económico hará que aumente el poder adquisitivo de los residentes del país y eso, a su vez, impulsará la demanda de nuevos bienes y servicios.

El incremento de las inversiones también puede elevar los ingresos tributarios del Gobierno ya sea directamente, por los impuestos que paga el inversor, como por los impuestos abonados después de que vence la exoneración temporal de impuestos, o indirectamente, por el incremento de los ingresos tributarios procedentes de empleados, proveedores y consumidores.

En lo relativo a costos se identifican los fiscales (recaudaciones que no se perciben); de administración y control de los beneficios y beneficiarios; y lo proclive a corrupción y transparencia relacionados con el sistema de beneficios fiscales.

La decisión apropiada sobre qué hacer con el gasto tributario debe partir de un estudio minucioso de cada uno de los regímenes existentes y los productos y servicios que intentan estimular; sus beneficios directos e indirectos; sus costos; la comparación con países competidores principales; y las diversas sombrillas que protegen la inversión, desde tratados de libre comercio, uniones aduaneras o mercados comunes.

Una vez determinada la condición interna de los beneficios y su comparación con terceros, deberá considerarse el tamaño de la disminución calendarizada de los beneficios en monto y tiempo y el mejoramiento de los factores no tributarios que estimulen la permanencia de los establecimientos existentes y el arribo incremental de nuevas y mayores inversiones. Es un asunto similar a la anatomía, pero no a la necroscopia.

Es preciso definir una política económica que estimule apropiadamente la inversión extranjera en lugar del fácil expediente de derogar lo existente sin dimensionar las repercusiones nacionales e internacionales. No se trata de satanizar ni santificar a los incentivos fiscales. Lo que corresponde es que los agentes económicos hagan lo correcto para el desarrollo de Honduras.