Un estado logra altos niveles de desarrollo si fomenta una
mayor inclusión y participación ciudadana al tiempo que crea mayor movilidad ascendente
de su gente logrando mantener unida a la sociedad.
Los factores de cohesión social tienen que ver con: confianza
en las instituciones; multiculturalismo y no discriminación; solidaridad; participación
comunitaria; interés por la política; y valoración de la democracia.
Reiterando, una sociedad cohesionada busca el bienestar de
todas las personas, combate la exclusión y marginalización, crea sentido de
pertenencia, promueve la confianza y ofrece oportunidades de movilidad social.
El estado hondureño en 202 años de vida independiente ha hecho
precisamente todo lo contrario para alimentar la cohesión social pues desde
1827 ha registrado 13 guerras civiles, que disminuyeron en número durante el
siglo XX, pero continuó profundizándose a través de otras manifestaciones del
poder político como dictaduras prolongadas, golpes y contragolpes de estado,
así como asonadas.
El surgimiento de los partidos liberal en 1891 y nacional en
1902, aumentó la participación ciudadana en la política; aunque ambos partidos,
en proporción al tiempo que han permanecido en el poder y en escala diferente, ahondaron la descohesión,
pues al alcanzar el poder funcionaron con inclinación similar al saqueo y división
social que caracterizó a las guerras civiles.
En 1933, el escenario y los mecanismos de discriminación se
movieron de los campos de batalla al disfrute y abuso del poder a favor de aquellos
ubicados en el sector público.
A partir de octubre de 1963, las fuerzas armadas incursionaros
el escenario político hondureño por 18 años consecutivos, hasta que se logró el
retorno a la institucionalidad democrática. A pesar del sesgo de las FFAA hacia
el Partido Nacional, en ese lapso lograron reducir de alguna manera el encono sectario
bipartidista.
Partidos denominados emergentes como opción al bipartidismo,
surgieron a inicios de la década de los años 70’s sin lograr minar al
bipartidismo. Desde 1982, la alternabilidad en el ejercicio del poder público se
mantuvo hasta el evento de junio de 2009. Luego, en 2017 contra lo establecido
en la Constitución Política, se dio una reelección presidencial, hecho que no acontecía
desde 1937, cuando Honduras fue testigo del inicio de 3 reelecciones presidenciales consecutivas.
La población hondureña ignoró la ideología marxista desde
hace 101 años cuando se fundó el Partido Comunista de Honduras. Dio la impresión
que los hondureños rechazarían siempre un gobierno de izquierda, pero la falta
de cohesión desconocida por las elites del país, llevaron a las circunstancias
que actualmente se viven con un grupo de
tendencia socialista detentando el poder y que cuenta con una agenda
internacional que le apoya para alcanzar sus propósitos más allá de un período
presidencial.
La descohesión reflejada en la precariedad económica y social
de grandes segmentos de la población hondureña, amenaza al establishment en
Honduras y tal peligro solo puede superarse sí efectivamente, se retoman
apropiadamente los factores de cohesión social que han evidenciado ausencia hacia
las necesidades de un conglomerado al cual
el denominado ‘Socialismo del Siglo XXI’ no ha mostrado fehacientemente, que constituye
la salvación de una desesperanza cada vez más evidente y profunda.
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