domingo, 31 de mayo de 2020
Ajuste Estructural
Download http://www.rodriguez.cr/mare/downloads/Libros/Academia/ajuste_estructural.pdf Incluye análisis para Honduras,
sábado, 30 de mayo de 2020
FASE CERO
Conforme a documentos y declaraciones no oficiales, se
derivan algunos parámetros de la propuesta de reactivación inteligente de la
economía en medio de la pandemia del COVID-19.
Se encuentran dos criterios básicos para la apertura
gradual por regiones teniendo en cuenta la incidencia de la enfermedad y la
densidad poblacional así: Región 1: baja; Región 2: media; Región 3: alta.
Respecto al plazo para la reapertura paulatina de la
economía a partir del 1 de junio de 2020 se utilizan 4 criterios: incidencia,
densidad, capacidad hospitalaria y relevancia económica mientras el avance de
la reactivación se ve modificado para los establecimientos con base en su
fuerza laboral:
TABLA UNICA. PROGRESION TERRITORIAL DE LA FUERZA
LABORAL
FASES
|
REGION
1 %
|
REGION
2 %
|
REGION
3 %
|
1
|
60
|
40
|
20
|
2
|
80
|
60
|
40
|
3
|
100
|
80
|
60
|
4
|
-
|
100
|
80
|
5
|
-
|
-
|
100
|
Inicio
|
1/6/2020
|
1/6/2020
|
1/6/2020
|
Final
|
15/7/2020
|
30/7/2020
|
15/8/2020
|
Días
|
45
|
60
|
75
|
Fuente: EEl Reto
de la Reapertura y Reactivación económica
La fuerza de trabajo de los negocios estaría reintegrada
en su totalidad el 15 de agosto de 2020, exceptuando el personal vulnerable,
que estaría sujeto a un régimen especial no especificado hasta ahora.
Hay regímenes de excepción para las siguientes
actividades: transporte público, restaurantes, centros comerciales, centros de
entrenamiento deportivo e iglesias.
La definición de incidencia de la OMS es: “la cantidad
de casos nuevos de una enfermedad…” Es nuestro criterio que, por el tiempo de
desarrollo de la enfermedad y su tratamiento diferenciado, es preferible usar
ambos criterios: incidencia y prevalencia, pues este último indica la cantidad acumulada
de contagiados.
La actividades y parámetros de la FASE CERO previstas
son:
Para las empresas: Preparar lugares de trabajo; adoptar
protocolos de bioseguridad; capacitar a los empleados; gestionar salvoconductos;
y cumplimiento de medidas de bioseguridad.
Para el gobierno: asegurar la dotación de equipo de protección
temporal en el primero y segundo nivel de atención para los empleados de salud y
de apoyo que intervienen en el proceso de atención médica con énfasis en las regiones 2 y 3, en donde existe
evidencia de casos COVID-19; distribución de tratamientos ambulatorios y hospitalarios
en los centros de atención COVID-19 a nivel nacional privilegiando las regiones
2 y 3; realizar pruebas rápidas, aprobadas por la Secretaría de Salud, en las
18 cabeceras departamentales del país, para validar el comportamiento de la pandemia,
segregando para empresas con más de 100 empleados, 5% pruebas diarias y empresas
con hasta 10 empleados, 1 prueba diaria. Iniciar con 2,000 pruebas y alcanzar
5,000 pruebas rápidas diarias.
Además, asegurar acceso a la base de datos del Sistema
de Vigilancia de Salud de la SESAL y a la Unidad de Epidemiología del SINAGER para
conformar una línea base al inicio de la
reapertura económica; consolidar y asignar recursos financieros a la SESAL para
la contratación de personas que atiendan los relevos por condiciones de retiro, padecimientos
de salud o prolongados períodos de servicio; y establecer en 10% el mínimo de
pruebas periódicas a realizar en centros de trabajo, bajo la coordinación del
Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
En general, los argumentos y la lógica de la propuesta
son consistentes con planteamientos científicos reiterados. La reapertura
económica, asociada al incremento de pruebas de hasta un 1,000%, refleja la necesidad
de compatibilizar la reactivación económica con la gestión simultánea de la
pandemia del COVID-19.
domingo, 17 de mayo de 2020
ENCRUCIJADA
Después de 2 meses de declararse la emergencia para
contener la pandemia del COVID-19, sus efectos en la irrupción de las actividades de los habitantes
de Honduras, se anticipan devastadores en términos del número de vidas perdidas;
la cantidad de contagiados; la presión inesperada sobre el frágil sistema de
salud; los recursos financieros públicos utilizados; el impacto económico en
las empresas y los trabajadores; y la incertidumbre de los actores económicos
sobre la duración de las medidas de contención y la velocidad con que se
retornará a la ‘normalidad’.
TABLA UNICA. HONDURAS, PRODUCTO INTERNO BRUTO ENFOQUE
DEL INGRESO Montos en miles de millones de lempiras, años 2015 y 2019
COMPONENTES
|
2015
|
2019
|
||
Monto
|
%
|
Monto
|
%
|
|
Remuneración
asalariados
|
202.5
|
44
|
268.9
|
44
|
Impuestos
netos de subvenciones sobre producción e importaciones
|
48.7
|
11
|
68.1
|
11
|
Excedente
de explotación bruto
|
141.5
|
31
|
193.0
|
31
|
Ingreso
Mixto bruto
|
67.7
|
15
|
85.0
|
14
|
PIB
a precios de mercado
|
460.4
|
100
|
615.0
|
100
|
Fuente: Banco
CentraFuenteF
Fuente: Banco Central de Honduras, Elaboración propia
La actividad económica disminuida a causa de la pandemia
ha repercutido en la baja de los ingresos del gobierno, los empresarios y la
población en general. Mientras tanto, los esfuerzos realizados hasta ahora para
contener el COVID-19, no se manifiestan recíprocos según las cifras disponibles
sobre sus efectos, pues, al contrario, reflejan incrementos preocupantes en los
principales datos epidemiológicos de número de contagiados, hospitalizados y
fallecidos.
Según las recomendaciones de la Organización Mundial
de la Salud, la referencia para considerar un apropiado número de pruebas para
medir el nivel de contagio puesto que existen pacientes sintomáticos y
asintomáticos es cuando el número de casos positivos es menor o igual al 10% de
las pruebas realizadas. Y Honduras se encuentra actualmente alejada de ese
parámetro.
Desde luego, que las regiones del país y las
actividades económicas en su ámbito geográfico manifiestan condiciones diversas
en términos de la situación epidemiológica existente, así como la exposición a
la que se enfrentarán sus actores económicos, una vez se vaya abriendo
paulatinamente la acción de los negocios y luego, la de otras instituciones que
absorben millones de participantes como las entidades educativas.
Al no contar con un panorama claro de la situación
epidemiológica general con respecto al coronavirus, y la posibilidad de
lanzarse a ciegas a una aventura, la disyuntiva constituye elegir entre la
premura por retornar a la generación de ingresos de los actores económicos y el
temor que, no estén dadas las condiciones para dar el paso de manera segura,
sin exponer el tiempo utilizado en confinamiento; las inversiones efectuadas en
bioseguridad; y garantizarse la certeza de no contagiarse.
Quienes asumen las decisiones en el país, deberán
tomar las acciones que simultáneamente conlleven el menor daño humano y
económico. En el ámbito personal, cada individuo escogerá su mejor opción
teniendo en cuenta sus propias consideraciones en su condición de Homo
economicus u Homo naturalis.
domingo, 10 de mayo de 2020
ECONOMIA DE LA SALUD
Según la fundacionmercksalud.com es la rama de la Economía
que estudia la producción y distribución de salud y de atención sanitaria. Tuvo
su origen en la segunda mitad del siglo XX y su mayor desarrollo en las
recientes tres décadas.
Para el
gestor sanitario es clave la Evaluación de tecnologías sanitarias, que incluye
la valoración de las propiedades técnicas, eficacia clínica, impacto
organizativo, consecuencias sociales, e incluso implicaciones éticas, que se
producen a corto y largo plazo, así como sus efectos directos e indirectos,
tanto deseados como no deseados, derivados del uso de dicha tecnología. La
evaluación de las tecnologías es un proceso que integra disciplinas que
mezclan, ciencia, economía y política.
Los principios
de la Economía de la Salud están previstos para condiciones “normales”. Los
efectos de la pandemia del COVID-19, tiene connotaciones más parecidas a una
economía de guerra, con una gran diferencia: el enemigo es quasi invisible;
ataca con los humanos que contagia; y lleva su guerra por el planeta sin que la
ciencia descubra hasta ahora, la vacuna que contenga su propagación.
Los
gobiernos en una economía de guerra se abastecen para prever los ataques
enemigos y se alcanza el pleno empleo. Con la pandemia una reducida parte de la fuerza de trabajo actúa en tres tareas fundamentales: 1) Imponer el
orden para obligar a la población a seguir instrucciones; 2) Salvar a los
contagiados; y 3) Facilitar la oferta de bienes y servicios esenciales para la
sobrevivencia de toda la población. El éxito de las medidas adoptadas ha estado
correlacionado con la capacidad de los sistemas de salud; el nivel educativo y
comportamiento de la población; y el instrumental médico disponible para el
personal sanitario.
Desde que se estableció el primer toque de queda
geográfico parcial el 20 de marzo de 2020, la población hondureña está
condicionada al lapso de confinamiento más prolongado de los últimos 80 o más
años.
El 21 de abril de 2020, CEPAL publicó “Dimensionar los
efectos de COVID-19 para pensar en la reactivación”, que plantea la situación
en 2019 para Latinoamérica y el Caribe (LAC) e incluye algunas cifras de diagnóstico
y pronóstico para 2020, respecto a Centroamérica y Honduras. La prolongación de
las medidas de control de la pandemia exigirá revisar los escenarios del
reporte de CEPAL.
La reducción del Producto Interno Bruto (PIB), está
estrechamente vinculada al comportamiento del PIB de los países que adquieren
las exportaciones hondureñas: Estados Unidos, la Eurozona y Centroamérica. Las
limitaciones presupuestarias y el gasto fiscal serán más severas al disminuir
la actividad económica.
Según CEPAL, las remesas hacia LAC, que en 2019
significaron 20% del PIB para Honduras, se verán reducidas entre un 10% y 15%,
pues las actividades preferidas de los emigrantes como construcción, hoteles,
servicios personales y restaurantes han visto disminuidas sustancialmente su
activar en los países de destino por medidas relacionadas con el
distanciamiento social.
El turismo, que para 2018 alcanzó el 12% del PIB e
igual proporción, para el empleo en Honduras, tendrá un importante descenso en 2020.
A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno
hondureño, monetarias y crediticias y el diferimiento en los pagos de algunos
impuestos, las empresas siguen enfrentando dificultades de ingreso, acceso al
crédito y flujo de caja; mientras los trabajadores tropiezan con apuros de
empleo e ingreso.
Conforme a CEPAL, el impacto en los sectores económicos
en Honduras se clasifica en: i) Los menos afectados: agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca, 12.1%; ii) Los medianamente afectados:
explotación de minas y canteras, industrias manufactureras, suministro de
electricidad, gas y agua, construcción, intermediación financiera, inmobiliarias,
servicios empresariales y de alquiler, administración pública, servicios
sociales y personales, 63.6%; iii) Los
más afectados: comercio al por mayor y al por menor, reparación de bienes,
hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, servicios
en general, 24.1% del PIB.
Existe una propuesta reciente del gobierno, Consejo
Hondureño de la Empresa Privada y representantes de la Sociedad Civil que
consta de 6 fases denominada Plan Nacional de Reapertura y Reactivación
Económica:
Fase 1(marzo 2020):
Sectores esenciales; Fase 2 (primera
quincena de mayo 2020): Infraestructura
y vivienda; Restaurantes, ventanilla y delivery; Manufactura electrónica;
Almacenes y tiendas por Departamento; Fase 3 (segunda quincena de mayo
2020): Manufactura textil y BPOs, regímenes especiales; mercados
especializados; MiPYME Fase 4 (primera quincena de junio2020):
transporte público; Industria no alimentaria; distribuidora de vehículos y
autopartes; Fase 5 (segunda quincena de junio): Centros comerciales;
tiendas comercio formal calle; servicios personales (salones de belleza,
barberías y gimnasios); Fase 6 (primera quincena de julio 2020: Gobierno.
La reapertura económica sostenida dependerá de la confiabilidad
en el comportamiento decreciente de los datos epidemiológicos del COVID-19.
.
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