Según la fundacionmercksalud.com es la rama de la Economía
que estudia la producción y distribución de salud y de atención sanitaria. Tuvo
su origen en la segunda mitad del siglo XX y su mayor desarrollo en las
recientes tres décadas.
Para el
gestor sanitario es clave la Evaluación de tecnologías sanitarias, que incluye
la valoración de las propiedades técnicas, eficacia clínica, impacto
organizativo, consecuencias sociales, e incluso implicaciones éticas, que se
producen a corto y largo plazo, así como sus efectos directos e indirectos,
tanto deseados como no deseados, derivados del uso de dicha tecnología. La
evaluación de las tecnologías es un proceso que integra disciplinas que
mezclan, ciencia, economía y política.
Los principios
de la Economía de la Salud están previstos para condiciones “normales”. Los
efectos de la pandemia del COVID-19, tiene connotaciones más parecidas a una
economía de guerra, con una gran diferencia: el enemigo es quasi invisible;
ataca con los humanos que contagia; y lleva su guerra por el planeta sin que la
ciencia descubra hasta ahora, la vacuna que contenga su propagación.
Los
gobiernos en una economía de guerra se abastecen para prever los ataques
enemigos y se alcanza el pleno empleo. Con la pandemia una reducida parte de la fuerza de trabajo actúa en tres tareas fundamentales: 1) Imponer el
orden para obligar a la población a seguir instrucciones; 2) Salvar a los
contagiados; y 3) Facilitar la oferta de bienes y servicios esenciales para la
sobrevivencia de toda la población. El éxito de las medidas adoptadas ha estado
correlacionado con la capacidad de los sistemas de salud; el nivel educativo y
comportamiento de la población; y el instrumental médico disponible para el
personal sanitario.
Desde que se estableció el primer toque de queda
geográfico parcial el 20 de marzo de 2020, la población hondureña está
condicionada al lapso de confinamiento más prolongado de los últimos 80 o más
años.
El 21 de abril de 2020, CEPAL publicó “Dimensionar los
efectos de COVID-19 para pensar en la reactivación”, que plantea la situación
en 2019 para Latinoamérica y el Caribe (LAC) e incluye algunas cifras de diagnóstico
y pronóstico para 2020, respecto a Centroamérica y Honduras. La prolongación de
las medidas de control de la pandemia exigirá revisar los escenarios del
reporte de CEPAL.
La reducción del Producto Interno Bruto (PIB), está
estrechamente vinculada al comportamiento del PIB de los países que adquieren
las exportaciones hondureñas: Estados Unidos, la Eurozona y Centroamérica. Las
limitaciones presupuestarias y el gasto fiscal serán más severas al disminuir
la actividad económica.
Según CEPAL, las remesas hacia LAC, que en 2019
significaron 20% del PIB para Honduras, se verán reducidas entre un 10% y 15%,
pues las actividades preferidas de los emigrantes como construcción, hoteles,
servicios personales y restaurantes han visto disminuidas sustancialmente su
activar en los países de destino por medidas relacionadas con el
distanciamiento social.
El turismo, que para 2018 alcanzó el 12% del PIB e
igual proporción, para el empleo en Honduras, tendrá un importante descenso en 2020.
A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno
hondureño, monetarias y crediticias y el diferimiento en los pagos de algunos
impuestos, las empresas siguen enfrentando dificultades de ingreso, acceso al
crédito y flujo de caja; mientras los trabajadores tropiezan con apuros de
empleo e ingreso.
Conforme a CEPAL, el impacto en los sectores económicos
en Honduras se clasifica en: i) Los menos afectados: agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca, 12.1%; ii) Los medianamente afectados:
explotación de minas y canteras, industrias manufactureras, suministro de
electricidad, gas y agua, construcción, intermediación financiera, inmobiliarias,
servicios empresariales y de alquiler, administración pública, servicios
sociales y personales, 63.6%; iii) Los
más afectados: comercio al por mayor y al por menor, reparación de bienes,
hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, servicios
en general, 24.1% del PIB.
Existe una propuesta reciente del gobierno, Consejo
Hondureño de la Empresa Privada y representantes de la Sociedad Civil que
consta de 6 fases denominada Plan Nacional de Reapertura y Reactivación
Económica:
Fase 1(marzo 2020):
Sectores esenciales; Fase 2 (primera
quincena de mayo 2020): Infraestructura
y vivienda; Restaurantes, ventanilla y delivery; Manufactura electrónica;
Almacenes y tiendas por Departamento; Fase 3 (segunda quincena de mayo
2020): Manufactura textil y BPOs, regímenes especiales; mercados
especializados; MiPYME Fase 4 (primera quincena de junio2020):
transporte público; Industria no alimentaria; distribuidora de vehículos y
autopartes; Fase 5 (segunda quincena de junio): Centros comerciales;
tiendas comercio formal calle; servicios personales (salones de belleza,
barberías y gimnasios); Fase 6 (primera quincena de julio 2020: Gobierno.
La reapertura económica sostenida dependerá de la confiabilidad
en el comportamiento decreciente de los datos epidemiológicos del COVID-19.
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