CIENES, adscrito a la Universidad de Chile, en los años 70 en un curso de Técnicas Estadísticas enseñaba que el resultado de una investigación podía explicarse con tablas, gráficas o de manera narrativa. En la práctica, los lectores encuentran con frecuencia que las tres variantes se utilizan simultáneamente y enfrentan un texto repetitivo que resulta oneroso en términos de dinero y tiempo.
Un artículo
de Sylvia Nogueira, 2019, referente a la comunicación de temas científicos y publicado
en http://aargentinapciencias.org/
revela las normas que la American Psychological Association (APA), la UNESCO y
SCIELO (Brasil) recomiendan al respecto.
La brevedad en
la era digital y de las tecnologías de información de cualquier tipo de escrito
más allá de lo científico es importante para los escritores, publicistas y
lectores deseosos de información de su interés, que sobrepasados por el volumen
de información que se genera a diario, están obligados a exigir a los
suministradores, resumir en lenguaje directo y sencillo, evitar el exceso de
palabras y omisiones al mismo tiempo que mantienen el equilibrio entre los suficiente
y lo necesario.
Organizaciones
que publican periódica o diariamente se han adherido a la pauta de la brevedad,
para preservar vigente los puestos que como comunicadores de información y conocimiento
han alcanzado y mantenido mediante el ejercicio sistemático de compartir los
resultados de sus investigaciones y mantener inalterable el ´consumo´ de un
mercado ávido de información, pero con una cota de tiempo finita distribuida
entre sus preferencias y el tiempo que deben destinar a otras ocupaciones
cotidianas.
De hecho, se
aprovechan las tecnologías disponibles y los canales de las redes sociales para
socializar información. Desde artículos de blog con un promedio de 500
palabras, hasta documentos breves con un límite de 30 páginas; pasando por
fotos, videos y conferencias vía zoom para en tiempo real alcanzar audiencias dispersas
ubicadas alrededor del mundo.
La brevedad
vinculada a la velocidad de los eventos se evidencia en la consecución de la
vacuna para combatir el COVID-19. Se quemaron etapas para obtener lo requerido
en tiempo récord. A vía de comparación
la vacuna contra el VIH tiene 40 años de buscarse y aun sigue pendiente. En un panorama
donde urgencias en todos los ámbitos obligarán crear soluciones rápidas con cero
tolerancias a la espera de resultados plasmados en documentos escritos con el
rigor científico reconocido hasta ahora, los protocolos se modificarán o estarán
sujetos a su derrumbe.
Twitter es quizá
el mejor referente de brevedad. O el tuit se acomoda a los 280 caracteres permitidos
o el tuitero se arriesga con digresiones, repeticiones, redundancias o
expresiones ampulosas a crear ¨hilos´ que difícilmente serán leídos o vistos.
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