Basado en Ambula Health, el
término «paciente» se refiere a alguien que recibe servicios médicos, mientras
que el término «cliente» describe a alguien que utiliza servicios o productos
profesionales de una entidad comercial.
En el entorno sanitario, los
términos «paciente» y «cliente» en términos médicos se emplean especialmente en
el ámbito hospitalario. Los pacientes suelen ser admitidos para recibir
atención hospitalaria, mientras que los clientes suelen recurrir a servicios
ambulatorios como pruebas diagnósticas, terapias de rehabilitación o citas de
seguimiento. La diferencia entre paciente y cliente en términos médicos puede
no siempre ser inequívoca, lo que da lugar a un uso intercambiable en función
de los matices contextuales.
Los proveedores de atención
sanitaria mantienen su compromiso de ofrecer una atención de primer nivel que
se ajuste a las necesidades únicas de cada individuo. Esto abarca la prestación
de servicios médicos integrales, la atención al bienestar emocional y social
del paciente y el cultivo de una experiencia sanitaria general positiva.
Un paciente es una persona que
recibe atención médica o tratamiento de un profesional de la salud. Esto incluye
una amplia gama de servicios, desde atención preventiva y controles de rutina
hasta el tratamiento de enfermedades agudas o crónicas, lesiones y
discapacidades. Los pacientes pueden ser de cualquier edad, género u origen, y
pueden tener diversas necesidades de atención médica.
Los pacientes desempeñan un papel
importante en su atención médica. Deben participar activamente en las
decisiones sobre su atención y hacer preguntas si tienen alguna inquietud. Los
pacientes también deben ser honestos con sus proveedores de atención médica
sobre sus síntomas, hábitos de estilo de vida y medicamentos.
En la atención sanitaria, es
esencial fomentar una relación sólida entre médico y paciente basada en la
confianza y el respeto mutuo. Esta conexión trasciende las consultas y los
tratamientos rutinarios y se convierte en un profundo viaje compartido por ambas
partes. Los controles regulares, las emergencias inesperadas y las distintas
etapas de la vida contribuyen a la profundidad de esta relación.
Enlazado con la empatía y el
cuidado, el vínculo médico-paciente es diferente a cualquier otro. Va más allá
del ámbito clínico y abarca los aspectos personales del bienestar del paciente.
Este enfoque holístico constituye la base de una conexión duradera.
En el contexto cambiante de la
atención sanitaria, está surgiendo un concepto conocido como "enfoque del
cliente a la atención sanitaria". Este, concibe los servicios sanitarios
desde una perspectiva centrada en el cliente, haciendo hincapié en las
preferencias y necesidades individuales y en la participación en la toma de
decisiones.
En el sector sanitario, la
relación médico-paciente sigue siendo distinta y abarca tanto la dimensión
personal como la profesional. La confianza que se establece es la piedra
angular de una atención médica eficaz, garantizando una relación que perdure en
el tiempo.
Recientemente se ha producido un
impulso significativo para involucrar más a los pacientes en la toma de
decisiones sobre su atención médica. Se alienta a los proveedores de atención
médica a que incluyan a sus pacientes en la toma de decisiones cuando sea
posible. Esto ayuda a cultivar la confianza e infunde una mejor comprensión y
aceptación del tratamiento sugerido.
En contraste con otros tipos de servicio
la relación entre el paciente y el proveedor de atención médica está pensada
intrínsecamente para ser a largo plazo. Suele tenerse el mismo médico de
familia durante años; el ortodoncista conoce el historial de sus aparatos
ortopédicos y el oftalmólogo sigue la salud ocular a lo largo de las décadas.
Esta longevidad genera un historial médico detallado, una confianza establecida
y un entendimiento que no se puede replicar en una relación a corto plazo.
Esto no significa que los
pacientes no puedan cambiar de proveedor de atención médica. Pueden hacerlo y
lo hacen, pero el cambio suele ser una decisión importante, en la que influyen
numerosos factores, como la experiencia del proveedor, la relación
médico-paciente, la conveniencia, etc. Incluso cuando se cambia, la expectativa
subyacente sigue siendo establecer otra relación duradera.
Existen diferencias clave entre
clientes y pacientes. Los roles son similares, pero la dinámica no lo es. En
uno, se busca asesoramiento sobre salud; en el otro, se indaga un servicio o
producto. Una relación puede durar toda la vida, y otras duran un período de
tiempo específico. Todo depende de la naturaleza de la relación, las
regulaciones específicas de la industria y las necesidades y expectativas de la
persona.
Comprender estas diferencias
clave permite medir la profundidad de estas relaciones y subraya el nivel de
participación. También da forma a la comunicación y expectativas, y prepara
para mejorar estas relaciones, cuyos resultados son el mantener compensado o
haber prolongado oportunamente la existencia del paciente lo que precisa gratitud
imperecedera.
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