El comportamiento inquieto se manifiesta de múltiples
formas y vinculado a innumerables acciones cotidianas.
En el caso específico de algunos conductores de automóvil,
es notoria su intranquilidad en dos ámbitos: El tiempo que trascurre y que
implica el pago por estacionamiento o la urgencia innecesaria de aprovechar la
luz verde de un semáforo hasta conducir en contravía.
En cuanto a estacionamientos, la lógica económica del
angustiado conductor puede ser disparada por una marcada mezquindad, tacañería.
Sea en clínicas médicas, un centro comercial, una oficina burocrática o la
calle, donde un cuidador de carros vigila el automóvil con tarifas que están
llegando a niveles de los estacionamientos de lujo, el conductor de automóvil
sufre la ansiedad del minutero que, como en el taxímetro, le está indicando que,
a más tiempo transcurrido, mayor será el monto para desembolsar por un espacio
de parqueo.
La prisa que hace presa del inquieto conductor influye
en su urgencia por culminar la tarea que anda realizando, pues lo está
esperando un instrumento que significa gasto, no importa sí está parado y más
aún, sí lo pone en movimiento. Esa prisa puede enervar su carácter, olvidar
objetos o sencillamente tener cualquier inconveniente cuando ha perdido la
calma.
Y es la máquina en movimiento donde la angustia del
conductor de automóvil coloca en mayor riesgo su seguridad y la de otros automovilistas
y peatones. El cruce del semáforo en verde puede estar a 100 metros de la unidad que
conduce y su paciencia se pone a prueba cuando percibe que los carros delante suyo,
se mueven lentamente y presiente que no alcanzará a cruzar. El hace cuentas. Eso
le acarreará gasto de combustible con esperas de hasta de 3 minutos con el
motor en vacío.
La exasperación del motorista angustiado induce a una
de las maniobras de conducción de automóviles más atrevida y peligrosa: La
circulación contravía, causa de gran cantidad de colisiones, choques, lesiones
y accidentes fatales.
La reflexión sugerida
a conductores con comportamientos peligrosos está relacionada a un simple
análisis costo/beneficio: Comparar los centavos que “ahorra” sometiéndose a un estrés
inútil, versus los miles que deberá enfrentar sí por su culpa ocurre un
accidente con daños materiales y peor aún, sí su proceder causa de lesiones
y víctimas fatales.
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