martes, 11 de enero de 2022

PLANIFICACION DEL DESARROLLO

 

La planificación nacional es uno de los principales instrumentos para cumplir con los objetivos de crecimiento económico, pleno empleo y mejorar niveles de vida de la población. También se considera un elemento clave para el uso racional de recursos escasos de un país, tanto financieros como físicos, y permite crear las condiciones necesarias para estimular de manera ordenada la iniciativa privada nacional y extranjera.      

 

La planificación nacional y los planes que se formulan, debe basarse en  un marco conceptual de multipropósitos que contemple las siguientes áreas: (a) una estructura administrativa que promueva la toma de decisiones integrada y participativa, (b) determinar el ambiente operacional, (c) las interrelaciones e interdependencias entre sectores y dentro los mismos; (d) el análisis y concatenación de las necesidades y prioridades de corto, mediano y largo plazo en los campos económico, social y ambiental y los riesgos en la implementación; (e) el establecimiento de las estrategias de desarrollo sostenible claves; (f) el financiamiento y arreglos de implementación correspondientes a las estrategias, y (g) el monitoreo de la implementación a través del uso de parámetros de referencia e indicadores. (Sustainable Development Forum Economic Ministers Meeting, New Zealand, 2004).               

 

La identificación de problemas prioritarios a ser abordados por el plan es importante, pues con recursos escasos y capacidades de implementación limitadas, la cobertura de las necesidades debe ser focalizada y las áreas prioritarias a ser atendidas, ameritan ser seleccionadas.      

 

La presentación de los principales problemas debe ser coherente e integrada, identificando claramente las interrelaciones entre:

 

·        Los niveles: local, nacional, regional y global

·        Los tipos de plazos: corto, medio y largo

·         Los sectores relevantes que forman la economía

 

Una visión clara y objetiva del plan es sumamente importante para orientar a los tomadores de decisiones y formuladores del plan; el análisis del ambiente en el cual se desenvolverá; los eventos internacionales y compromisos en un mundo globalizado; las iniciativas y metas internacionales sobre el desarrollo de los países; y el bienestar de la población.

Igualmente, es indispensable realizar una amplia consulta a los involucrados y actores del plan sobre los problemas y temas claves que enfrenta el país para su desarrollo.

       

La formulación del plan incluye varios escenarios del crecimiento económico, ya que la motivación debe ser lograr el escenario de crecimiento más alto, puesto que, con lento crecimiento, es difícil alcanzar los objetivos del plan.

Un plan nacional es mucho más que un documento de política. Proporciona una trayectoria para el logro de objetivos y metas del desarrollo de un país. Es de cumplimiento legal obligatorio, diseñado para ser implementado y su estrategia de ejecución es clave para asegurar que lo previsto se convierta en acción. El plan necesita ser materializado en un plan de acción priorizado e integrado al presupuesto y apoyado con programas de reforma integrales. El plan nacional de desarrollo debe ser compulsivo para el sector público e indicativo para el sector privado.

 

La implementación del plan requiere de voluntad política y que los recursos financieros hayan sido identificados y disponibles. Un plan de acción debe integrarse al proceso de presupuesto.   

El éxito de un plan depende de su ejecución. Esta suele ser una de las áreas más débiles del proceso, y por ello debe preverse incrementar la capacidad de ejecución y la certeza del financiamiento.

Además de la falta de financiamiento externo; la capacidad operativa de las instituciones y el uso irracional de los fondos destinándolo a fines distintos del plan, y la corrupción, hacen más lento el proceso de ejecución. La insuficiente capacidad operativa manifestada a nivel de secretarías de estado de nivel central, se incrementa a nivel de oficinas   regionales, departamentales y municipales. 

          

Planificación con impacto significativo, requiere un esquema institucional que permita la coordinación entre sectores y que asegure que los problemas económicos, sociales y ambientales son todos, aspectos del desarrollo. Se requiere mejorar la estructuras legislativa, judicial, administrativa e institucional para desarrollar e implementar estrategias, políticas y planes de desarrollo sostenible.

Una estructura institucional adecuada incluye: (a) una comisión nacional  de planificación, (b) una secretaria especializada con fuerte apoyo de la Presidencia de la República,  (c) unidades institucionales de planificación en  cada entidad, (d) institucionalización del proceso de planificación, (e) el financiamiento necesario manifestado en el presupuesto nacional, (f) suficiente capacidad para formular e implementar un plan, (g) autoridad para influenciar la toma de decisiones, (h) capacidad para analizar problemas de forma constructiva más allá del sector público, con el sector privado, organizaciones no gubernamentales, universidades y público en general, e (i) el establecimiento de prioridades realistas.    

El monitoreo y la evaluación requieren que el plan por sí mismo contenga indicadores medibles, que pueden ser usados para evaluar el progreso de la implementación y sus logros. Los indicadores requieren ser relevantes para el país y proporcionar una guía real de los avances en el desarrollo. Bien diseñados, pueden jugar múltiples roles, como formar parte de los informes anuales de las Secretarías de Estado, incrementar la conciencia del público sobre los temas que se miden, y cumplir con compromisos internacionales, como los Objetivos del Milenio y otras metas establecidas en convenciones internacionales.

 

Un monitoreo exitoso también requiere que las respectivas responsabilidades sean entendidas y compartidas en conjunto entre las dependencias de planificación y las dependencias sectoriales.  El tema de coordinación para el desarrollo del plan, toma en consideración la coordinación para su monitoreo. Adicionalmente, la capacidad del departamento sectorial para planificar el monitoreo (y otras funciones de planificación) puede ser variable. En consecuencia, el grado en que la secretaría de planificación se compromete con los departamentos sectoriales en relación al monitoreo debe ser calibrado de acuerdo a la capacidad de los departamentos sectoriales. También debe considerarse la participación de múltiples grupos de involucrados en el monitoreo del plan.

 

Debe considerarse la obligación de informar al Congreso Nacional sobre el progreso de la implementación del plan. Informes, trimestrales, semestrales y anuales (idealmente integrados con los informes de presupuesto) que permitirán al Congreso estar al día con el progreso del país. El Consejo de Ministros requerirá informes periódicos y el Ministro sectorial, exigirá informes frecuentes también.                                   

 

Es indispensable establecer un sistema nacional coordinado para la recolección y análisis de las estadísticas de desarrollo. El intercambio de información entre Secretarías no sólo evita duplicidad de tareas; también mejora la capacidad de cada agencia para cumplir con sus responsabilidades. La generación de información útil para el monitoreo de la implementación del plan requiere reservar los recursos financieros para asegurar la adecuada recolección de datos y la disponibilidad de personal capacitado para recoger, interpretar, analizar y redactar los informes.

Un país puede crecer sin planificación. Pero, para alcanzar el desarrollo, planificar es indispensable. 

 

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