Recientemente,
la evaluación pública del conocimiento del idioma inglés a una aspirante a
plaza de maestra bilingüe fue infortunada. La ruta apropiada en este caso es
presentar primero las credenciales (diploma TOEFL) para aceptar a un candidato.
Con la pandemia de COVID19, hubo tiempo para aprovechar en el aprendizaje de
idiomas de manera virtual y existen programas que, hasta cierto nivel, resultan
gratuitos.
Numerosos
hondureños iniciaron el aprendizaje del inglés vía correspondencia por medio de
Hemphill School que fue establecida en junio de 1879. Presencial, virtual o por
correspondencia, el aprendizaje de un idioma extranjero requiere disciplina,
perseverancia y métodos apropiados de evaluación del conocimiento.
El lenguaje, es el instrumento de la comunicación. A través del lenguaje oral se realizan la mayoría de las actividades humanas. La evolución de los 3,000 a 5,000 lenguajes y dialectos permite concluir que los orígenes e intercambios de los principales idiomas utilizados actualmente, son múltiples en términos de lugar de procedencia y grupos humanos que se sirvieron de ellos para entenderse.
Durante la primera y segunda guerra mundial, las comunicaciones de los aliados eran interceptadas por sus enemigos. El expediente del uso de lenguas nativas e idiomas como el Navajo, Cheroqui, Comanche, vasco y varios más, facilitó encriptar los mensajes lo que resultó en decisivos triunfos a favor de los aliados tanto en Europa como en el pacífico asiático.
Hay lenguas más importantes que otras en términos del número de usuarios; la extensión geográfica de los países que las acogen; y la sofisticación de las actividades, donde sus participantes consideran más conveniente el uso de determinado idioma. La razón de la lengua nativa es intrínseca a la identidad de la persona que, sin escogerla, resulta en el medio de comunicación con el que nace y crece.
La globalización, ha obligado a un mayor multilingüismo de las personas por razones laborales, de negocios o simplemente por la necesidad de emigrar. Un recién pretendido viraje hacia el nacionalismo en ciertas partes del mundo, ha exacerbado en algunos su inclinación hacia la xenoglosofobia (persistente, anormal e injustificado miedo a las lenguas extranjeras) como signo de una de las mayores muestras de intolerancia humana.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 2, establece el derecho de las personas de este planeta a expresarse en el idioma que más les convenga y nadie, prevalido por razón o sinrazón alguna, está facultado a indicar a los demás en qué lengua debe comunicarse coloquialmente, en tanto su interlocutor comprenda perfectamente el mensaje.
El auge del nacionalismo en su forma de xenoglosofobia, revela su arista más intransigente, cuando individuos sin autoridad alguna pretenden condicionar el monolingüismo a ciudadanos extranjeros que incluso cuentan con la prerrogativa de hablar al menos dos idiomas.
La riqueza natural de los idiomas -más en unos que en otros- se manifiesta no sólo como medio de comunicación. También se expresa en la exaltación de las diversas manifestaciones de la vida a través de la literatura; de la oratoria; de la música; y de elevar los asuntos terrenales de la existencia a la trascendencia sublime de las imágenes que crea.
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