martes, 23 de diciembre de 2025

Espejismos Políticos

 La política tiene como corolario la fantasía de quienes acceden al poder en un determinado país convenciendo incautos que votan por ellos a quienes alimentan con promesas que luego convierten en ilusiones. La búsqueda de fantasías de quienes pretenden el poder se mezcla con las de los votantes que esperan recibir compensaciones que les permitan vivir decorosamente. La triste realidad suele ser que quienes acceden a la autoridad sí pueden concretar sus metas, mientras quienes confían en ellos continúan lidiando con una vida miserable.

La política definida como el arte de gobernar, es el camino más simple y eficaz para alcanzar el poder y el dinero, dos referentes conspicuos de espejismo.

Desde el candidato que ofrece corregir todo aquello que afecta a grandes mayorías “refundando”, hasta aquel que considera como ideal la vigencia del estatus quo. En ambos casos, una vez electos en el poder perseveran con las mismas acciones e incluso profundizan más el sufrimiento de los vulnerables.

En Honduras, con el fin de perpetuarse en el poder público desde el año 2006, titulares del ejecutivo han arreciado su estrategia de controlar los medios de comunicación y hasta las redes sociales y abusan de los medios/bienes públicos como si fueran propiedad partidaria.

A pesar de que en 2007 se creó el Instituto de Acceso a la Información Publica los gobiernos sucesivos han cerrado cada vez más el acceso y transparencia de información a los ciudadanos y al público en general de todo aquello que consideran puede dañar su imagen política. Es más, se han promulgado “leyes de secretos” en temas vinculados a seguridad, salud y otros cuyo fin último es establecer un velo de opacidad y misterio a operaciones de dudoso manejo de los recursos estatales alejados del supuesto fin de proteger la población y apoyar a la justicia y el bien social.

La trinca de poderes congreso, ejecutivo y judicial se confabulan cuando delitos y crímenes son declarados en secretividad para evitar que las diligencias sean conocidas por abogados defensores o acusadores. La opacidad no es casual. Tiene como propósito obstaculizar la transparencia y el conocimiento de operaciones que conllevan daño a víctimas individuales o colectivas causándoles indefensión.

La importancia del gobierno (25% del gasto del PIB) facilita manipular, intimidar y controlar los medios y la concesión de frecuencias de radio, televisión e internet. Por ello, los dueños de medios, proveedores de señales de internet y todos los operadores que tienen que ver con permisos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones actúan de manera cautelosa para manejarse entre la libre expresión y la amenaza permanente de que su fuente de operación y negocio sea suspendida, retirada o confiscada.

Para una economía pequeña como la hondureña, la política ha tenido en los últimos 100 años connotaciones documentadas de la concentración de oportunidades de negocio y los medios de vida sustraídos de las mayorías.

El surgimiento de la corrupción pública coludida con la privada comenzó a tomar carta ciudadana en la década de los años 70, cuando simultáneamente comenzaba el imparable surgir del crimen organizado. Las empresas estatales que surgieron como hongos no se quedaron atrás en corrupción y nepotismo y su ineficiencia justificó más tarde, las privatizaciones.

Para alguna parte de la población hondureña, la combinación del poder político con crimen organizado ha creado un espejismo de acumular riqueza, poder y prestigio de manera vertiginosa a costa del desplazamiento de millones de hondureños dentro y fuera del país.

El estereotipo del sectarismo político donde el partido en el poder segrega del normal actuar como operador económico a casi todo aquel que no milita como su facción, monopoliza oportunidades de todo tipo impidiendo el aporte al desarrollo de la nación para el resto de ciudadanos con credenciales, pero que no comulgan su ideología partidaria y de cualquier otro tipo.   

La política ha sido una lucha por liderazgos que se definieron por pensar, leer el tiempo que les tocó vivir y construir ideas que dieran dirección a las sociedades. La política no debe desconectarse del pensamiento, porque se degrada.

En ausencia de industria de cine con celebridades y estrellas, Honduras se conforma con aquellos que destacan en los medios, el deporte y la misma política. Recién, surge con fuerza el mito del impacto de las redes sociales.

Así, jóvenes políticos actualmente rehúyen a comprender la complejidad del Estado o el drama social de su tiempo, y aprenden oratoria en clips, edición de videos, y creadores de contenido.

¡Que, la declaratoria de elecciones sea el rescate de la Republica!

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