Algunas veces, los agentes económicos responden a una
percepción errónea de los cambios en las magnitudes reales de ciertas
variables. Por ejemplo, sí una persona ignora el efecto de la inflación en sus
ingresos nominales y mantiene el mismo patrón de gasto, pronto puede encontrarse
en una situación en donde no le será posible cubrir sus erogaciones. En
economía, este comportamiento se denomina ilusión
monetaria.
También, con los numerosos esquemas de financiamiento del
dinero plástico que facilita la adquisición de bienes y servicios con pago
diferido, mini cuotas y al 0% tasa de interés, el flujo de caja de una persona puede
resultar con un sorpresivo descalce, donde las entradas no alcanzarán a cubrir
las salidas.
El pueblo hondureño concurrió a elecciones primarias este 12
de marzo de 2017 y los resultados que presenta el Tribunal Supremo Electoral
(tse.hn) revelan que los 3 partidos políticos que acudieron a la consulta
electoral arribaron al 44.17% de los 5.7 millones de hondureños que fueron
convocados.
La Ley Especial que regula el Plebiscito y el Referéndum en
Honduras establece en su Artículo 4: “Los resultados de las consultas
ciudadanas serán de obligatorio cumplimiento:
1)
Sí participa al menos el cincuenta y uno por
ciento (51%) de los ciudadanos y ciudadanas inscritos en el Censo Nacional
Electoral al momento de practicarse la consulta; y,
2)
Sí el
voto afirmativo logra la mayoría de los votos válidos”.
En adición a todos los desaciertos que se han introducido al
actual proceso eleccionario hasta ahora, se ha pretendido confundir a la
población, aduciendo que los resultados recientemente obtenidos por el partido
con mayor número de votos a nivel presidencial, son equivalentes a haber vencido
en un plebiscito.
Es necesario aclarar la confusión que se pretende introducir
al respecto tomando en cuenta al menos 3 detalles:
1)
En un plebiscito para aprobar la reelección presidencial
se habría requerido la asistencia más de 2.9 millones de votantes;
2)
Los
resultados del partido ganador, al igual que en la ilusión monetaria, desconocen
en qué medida la inflación de votos permitió llegar a los mismos;
3)
La ausencia deliberada de un partido político importante,
habría modificado sustancialmente la posición gananciosa del partido a la
cabeza de los resultados con respecto a sus contendientes en la arena política.
Este noviembre, los hondureños escogerán entre apañar la
ilusión intransigente de unos cuantos y elegir la senda de la esperanza de un
futuro con mejores condiciones de vida y mayor seguridad individual y jurídica para
todos.
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