jueves, 23 de marzo de 2017

ILUSIONES

Algunas veces, los agentes económicos responden a una percepción errónea de los cambios en las magnitudes reales de ciertas variables. Por ejemplo, sí una persona ignora el efecto de la inflación en sus ingresos nominales y mantiene el mismo patrón de gasto, pronto puede encontrarse en una situación en donde no le será posible cubrir sus erogaciones. En economía, este comportamiento se denomina ilusión monetaria.
También, con los numerosos esquemas de financiamiento del dinero plástico que facilita la adquisición de bienes y servicios con pago diferido, mini cuotas y al 0% tasa de interés, el flujo de caja de una persona puede resultar con un sorpresivo descalce, donde las entradas no alcanzarán a cubrir las salidas.
El pueblo hondureño concurrió a elecciones primarias este 12 de marzo de 2017 y los resultados que presenta el Tribunal Supremo Electoral (tse.hn) revelan que los 3 partidos políticos que acudieron a la consulta electoral arribaron al 44.17% de los 5.7 millones de hondureños que fueron convocados.
La Ley Especial que regula el Plebiscito y el Referéndum en Honduras establece en su Artículo 4: “Los resultados de las consultas ciudadanas serán de obligatorio cumplimiento:
1)      Sí participa al menos el cincuenta y uno por ciento (51%) de los ciudadanos y ciudadanas inscritos en el Censo Nacional Electoral al momento de practicarse la consulta; y,
2)       Sí el voto afirmativo logra la mayoría de los votos válidos”.
En adición a todos los desaciertos que se han introducido al actual proceso eleccionario hasta ahora, se ha pretendido confundir a la población, aduciendo que los resultados recientemente obtenidos por el partido con mayor número de votos a nivel presidencial, son equivalentes a haber vencido en un plebiscito.
Es necesario aclarar la confusión que se pretende introducir al respecto tomando en cuenta al menos 3 detalles:
1)      En un plebiscito para aprobar la reelección presidencial se habría requerido la asistencia más de 2.9 millones de votantes;
2)       Los resultados del partido ganador, al igual que en la ilusión monetaria, desconocen en qué medida la inflación de votos permitió llegar a los mismos;
3)      La ausencia deliberada de un partido político importante, habría modificado sustancialmente la posición gananciosa del partido a la cabeza de los resultados con respecto a sus contendientes en la arena política.

Este noviembre, los hondureños escogerán entre apañar la ilusión intransigente de unos cuantos y elegir la senda de la esperanza de un futuro con mejores condiciones de vida y mayor seguridad individual y jurídica para todos.  

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