Existen conflictos alrededor del mundo entre países o sus
poblaciones cuyos orígenes son centenarios y hasta milenarios algunos vinculados
a asuntos religiosos, limítrofes, raciales, políticos, económicos, etc.
La naturaleza del conflicto está arraigada fuertemente en la
existencia de la humanidad y su modus operandi se manifiesta en el aprovechamiento
de unos convertidos en opresores y torturadores de otros. La prescripción que
en el campo legal (civil, laboral, tributario, mercantil, administrativo, penal,
etc.) extingue en un tiempo determinado
la oportunidad para personas y empresas de hacer reclamos, no se da en los
conflictos nacionales y entre países, o sencillamente, la prescripción se
ignora, para mantener viva la llama de la confrontación.
En cuanto el hombre pudo desarrollar armas más mortíferas,
en el siglo XX ocurrieron la primera y la segunda guerra mundial con el mayor
número de bajas fatales de la historia. Como resultado de ambas guerras se
crearon instrumentos multilaterales de diplomacia para intentar reducir o
eliminar los conflictos. Después de 7 décadas de la creación de espacios mundiales
de negociación como la Organización de las Naciones Unidas, los conflictos nacionales
e internacionales siguen proliferando.
Los principales teatros de enfrentamiento se presentan actualmente
en Irak, Afganistán, Ucrania, Gaza, Nigeria, Congo, Sudán del Sur, Centroáfrica,
Siria, Cachemira, Ruanda, Birmania y Venezuela. Existen otros latentes en puntos
del globo terráqueo. Eventos internos provocan crisis internacionales como las
resultantes de la emigración involuntaria.
Puesto que la población de las naciones está integrada por
la suma de sus habitantes, el comportamiento de las personas hacia el efecto de
temas contenciosos o no es proclive a la no prescripción. De allí que
diferencias surgidas entre personas, incluso por asuntos baladíes que podrían
resolverse aclarando malentendidos, ofreciendo y aceptando disculpas o
sencillamente con un apretón de manos, se convierten en disconformidades con
plazo indefinido que afectan a los involucrados. A unos más que a otros,
dependiendo del carácter de cada uno.
El uso más generalizado de la prescripción como instrumento
de solución automática de conflictos entre individuos, grupos humanos, naciones
y grupos de naciones podría contribuir a reducir el nivel de animosidad
existente en todos los niveles, pues el paso del tiempo debería por sí mismo,
cerrar las controversias.