jueves, 29 de agosto de 2019

ESTEREOTIPOS


Según la RAE, un estereotipo consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad.
Para Walter Lippmann, el pseudo entorno es, una visión del mundo (diferente a “el mundo”) que habita en nuestra mente y que es siempre incompleta frente a la realidad. Y con frecuencia es también inexacta.
Siguiendo el punto de vista de Lippmann, puede catalogarse como pseudo estereotipo al criterio que algunos grupos de personas establecen con respecto a sí mismos o hacia los demás como mecanismo de descalificación.
Por ejemplo, la autodenominación de “intelectual”, suele repetirse públicamente en forma reiterada en el seno de la sociedad hondureña, para referirse a individuos que parecen creer  tienen el monopolio del conocimiento, así como el don de la palabra, de la escritura y del buen juicio.
Se desconoce la existencia de escuelas de “intelectuales” en alguna parte del mundo.  O será que existe un determinado número de parámetros que permiten a las personas “graduarse” de intelectual por el grado universitario que ostentan, los países en donde obtuvieron su educación, las universidades en las que cursaron sus estudios, el número de libros, textos y materiales que han leído, o cualquier otro criterio que los diferencie y distancie sustancialmente del resto de los mortales.
Es usual encontrar reacciones de asombro como: ¿Y quién es ese? cuando se nombra a una persona no muy conocida en un cargo importante dentro del engranaje gubernamental. O manifestaciones de soberbia como: ¿Ahora vamos a hablar de literatura?, cuando un humilde lector de Rubén Darío pretende conocer un criterio al respecto de un agrio “intelectual”.
“No todo lo que brilla es oro”. Y los pseudo intelectuales quizá descubran un día, que existen casos en el país de autores literarios de calidad exquisita, que por razones que no es del caso elucubrar, han producido sus escritos para el consumo exclusivo de sus parientes y amigos.


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