jueves, 15 de febrero de 2018

OCUPACIONES

Para no inducir a confusión, este término se refiere a los oficios y profesiones que desarrolla una persona en el campo laboral.
Los avances tecnológicos han irrumpido en el mundo del trabajo, anulando antiguas ocupaciones, transformando algunas y creando nuevas profesiones y oficios. Labores tradicionales que alcanzaron su apogeo y esplendor durante el siglo pasado, sucumbieron ante la aparición de las máquinas, mecánicas y eléctricas. La computación con sus 6 generaciones, desde 1951 ha transformado el campo de las actividades humanas de manera irreversible.
Hay ocupaciones en el campo del entretenimiento, por ejemplo, los cómicos, que parece que tuvieran los días contados. Al menos en los espacios en donde sus seguidores se han acostumbrado a encontrarlos, como los circos, para hacer más llevadera la existencia con sus ocurrencias, desplantes e irreverencias que provocan la hilaridad de quienes les ven o les escuchan.
En Honduras, ha sido evidente la escasez de cómicos y los pocos con vocación que decidieron escoger ese oficio, usualmente fueron arrinconados o acomodados a los espacios de las radiodifusoras. Aún, con esa área reducida, lograron crear sus fieles audiencias que religiosamente esperaban la hora de sus intervenciones radiales para paliar el agobio de la lucha cotidiana.
La alusión es en pasado porque, en la tarea tenaz por sobrevivir, los cómicos desde 1950 a la fecha, han reducido la extensión de su existencia. Y su denodado afán por alegrar la tristeza endémica de un pueblo harto de calamidades, pudo haber hecho mella en su ilusión por arrancarle sonrisas a una sociedad que languidece en las angustias que debe soportar como víctima inocente de la ignominia.Una condición a la cual no escaparon ellos mismos.
Entre personajes y programas que endulzaron en su momento al auditorio hondureño se recuerda a: El indio Calcañal; Platicando con mi Barbero; La Escuelita Alegre; La Noticia Sin Malicia; Margarito El Guardia; Cuentos y Leyendas de Honduras; Frijol El Terrible, y otras figuras de la farándula hondureña que contribuyeron al entretenimiento nacional.  
A falta de obras de teatro, operas, conciertos y todo aquello que es común encontrar en ciudades fuera de Honduras, gran parte de la población ha encontrado en las redes sociales llenar el vacío de esparcimiento necesario para su salud mental. Un entretenimiento que molesta a la cúpula del poder político, que está dispuesto a eliminar la última capa de pasatiempo que ha quedado a los hondureños.
A veces, los gobernantes se toman muy en serio. Tan a pecho, que consideran a los gobernados como los súbditos de un reino de jolgorio, que sólo existe en su cabeza y en la de aquellos que derrochan los dineros del pueblo; un pueblo cuyo mecanismo de defensa es explotar las ridiculeces, e imaginarse las pensadas de los cómicos que ya no están, para sobrellevar la pesada carga de soportar a una gavilla de intolerantes abusadores.     


No hay comentarios:

Publicar un comentario