miércoles, 4 de julio de 2018

CONSULTORES

La consultoría según algunas definiciones consiste en la contribución a la solución de asuntos relativos a los negocios de las empresas, así como lo concerniente a las actividades públicas. La actividad del consultor usualmente está vinculada a temas específicos que comúnmente están descritos por el demandante en términos de referencia de los servicios requeridos.
En el caso hondureño, la condición de consultor antes de la década de los años 80 del siglo pasado era familiar en las profesiones del derecho, la ingeniería y la medicina. Para los profesionales de las ciencias económicas y sociales, hasta 1985, la denominación de consultor era alusión exclusiva de expertos foráneos contratados en su gran mayoría por organismos internacionales particularmente para el diseño, seguimiento y evaluación de proyectos.
Desde luego que antes de la fecha aludida hubo profesionales nativos de las ciencias económicas y sociales con el membrete de asesores apoyando los sectores público y privado. Pero la calificación de consultor empezó sus primeros pasos con expertos hondureños de ambos sexos que rompieron el tabú y la falta de autoestima con respecto a la capacidad local de efectuar trabajos de consultoría.
En al ámbito práctico, la consultoría conlleva una sólida formación, usualmente complementada con estudios en el extranjero y el dominio de al menos un idioma adicional al nativo. El consultor, debe estar informado de los progresos que ocurren en el campo de su profesión, de tal manera que, deberá contar con conocimientos actualizados sobre la generación de nuevas tecnologías para desarrollar su trabajo y el conocimiento de nuevos términos asociados con la actividad para la cual ofrece sus servicios.
En cuanto a la condición contractual del consultor, consiste en un trabajo por cuenta propia, usualmente por tiempo determinado en donde la vinculación oferente-demandante culmina con la entrega de los productos y la consiguiente cancelación de los servicios.
En la actualidad, dadas las condiciones de crisis en el mercado laboral, es posible que la autodenominación de consultor haya proliferado y exista un exceso de oferta de consultores que ha lanzado estrepitosamente los honorarios a la baja. Existen registros de requerimientos de consultoría en donde las sumas ofrecidas alcanzan L.16,000.00 mensuales (US$ 666.67).
Los colegios profesionales y su federación no han prestado la debida atención al trabajo de sus miembros como consultores, que constituye una opción a la búsqueda de empleo bajo las órdenes de un patrono. Y aunque ha habido intentos de integrar una asociación de consultores, no ha tenido éxito hasta ahora.

En la medida que una nación va alcanzando mayores niveles de desarrollo, mayor es la demanda de servicios especializados. Y en ese panorama, la demanda de consultores y la importancia de la consultoría  de calidad, irá creciendo en el país.

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