domingo, 3 de marzo de 2019

TELEMARKETING

Suena el teléfono. El número en pantalla no está en su lista de contactos. La persona contactada, cliente potencial, está muy ocupada y duda en responder. Luego desecha la duda y decide contestar la llamada.
“¿Hablo con el señor XYZ?
“Sí, con el habla, ¿qué desea?”
“Tenemos referencias de usted como buen cliente y en tal virtud, estamos ofreciéndole una tarjeta club de la empresa ABC que le permite gozar beneficios inimaginables”
El cliente potencial, decide enfriar el asunto de manera rápida y expresa: “No me interesa”
La vendedora al otro lado de la línea toma muy personal la respuesta negativa y con una muestra del mayor irrespeto riposta: “¿O es que no tiene capacidad…?”
El cliente potencial, prudentemente, corta la comunicación. La insolente pregunta de la atrevida vendedora, pudo dar lugar a cualquier tipo de respuesta grosera y bien merecida.
El telemarketing es un servicio de venta o promoción de productos y servicios por teléfono. La disponibilidad de bases de datos de clientes que se trasiegan desde los registros nacionales de las personas hasta los directorios de las compañías telefónicas, pasando por las empresas dueñas de las redes sociales, permite el acceso a compañías, para contactar a multiplicidad de clientes potenciales.
La venta telefónica no tiene nada de malo. De hecho, ahorra costos tanto a los vendedores como a los compradores, cuando estos últimos están interesados en un determinado producto o servicio ofrecido. Lo infortunado es cuando las empresas entrenan pobremente a sus vendedores o sencillamente reclutan a personas que deberían buscar ocupación en cualquier otra actividad distinta de las ventas.
El afán por aumentar las colocaciones puede convertir al telemarketing en un medio invasivo e indeseable, cuando la actitud del vendedor en lugar de ser persuasiva se convierte en la de un energúmeno que imagina que lo que está ofreciendo, debe corresponder obligatoriamente a una respuesta afirmativa de la persona contactada. Una muestra más del autoritarismo que está penetrando casi todos los campos de actividad de la sociedad hondureña.


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