viernes, 15 de diciembre de 2017

FIESTA

El fútbol es el más popular de los deportes. Cada 4 años, durante 32 días en los meses de junio y julio, miles de millones de espectadores están pendientes del espectáculo de los partidos en donde compiten las mejores selecciones del mundo para escoger a un campeón mundial. La quintaesencia del deporte se manifiesta en toda su dimensión de sonidos, colores, emociones, pasión y sentimientos. Aún los fanáticos que no están representados en la contienda toman partido por la selección del país de su predilección.
Sin embargo, la fiesta tiene su lado oscuro. En los últimos campeonatos mundiales y fundamentalmente en los más recientes, para quienes con dificultad o no tratan de disfrutar de las festividades futbolísticas in situ, tropiezan con la desaforada codicia de intermediarios de todo tipo, quienes tratan de arrancar de su bolsillo, la mayor cantidad de dinero, explotando su pasión; su afición al entretenimiento. Y de esa actitud explotadora no se escapan los aficionados locales. Sólo que en mucha menor medida que aquellos que se desplazan desde lugares cercanos y lejanos del planeta para participar en los festejos del fútbol.
Son tres las principales variables de costo que tiene que tener en cuenta un extranjero aficionado promedio al fútbol: el precio de los pasajes; el costo de los hoteles; y las entradas a los estadios para ver los partidos. Desde los preparativos, el aficionado se encuentra con algunas sorpresas desagradables.
Las líneas aéreas parecen ser las más comedidas en cuanto a sacar ventaja de la ley de oferta y demanda. En cuanto a hoteles, usted descubre que habitaciones que normalmente tienen un costo de X, para los días del mundial modifican sus precios a 50 veces sin ofrecer comodidades adicionales para justificar tal incremento. O sea, la habitación que usted paga por 6 días, equivale a ocuparla por un año completo, sólo por razón del mundial de fútbol.
En lo relativo a las entradas a los estadios, principalmente al plato fuerte de semi-finales y la final, los precios pueden modificarse hasta 30 veces -en el mundial de Francia la subida de los boletos a la final sólo fue al triple. Eso parece corregirse en el caso de Rusia mediante la creación de la ID FAN FIFA, que consiste en un registro de los aficionados que estará vinculado a los boletos que adquiera. Es un esquema de seguridad del gobierno ruso, que también contribuirá a la transparencia y quizá reduzca el mercado negro.
De cualquier forma, a quienes todavía están pendientes de comprar un paquete para el mundial de Rusia, hay unos cuantos tips para considerar: 1) Buscar un operador reconocido y con experiencia; 2) Protegerse con un contrato detallado por escrito con precios fijos; 3) Con respecto al hotel que adquiera, investigar por su cuenta el estatus del mismo y asegurarse con recepción que usted tiene una reserva allí; 4) Sí su operador hace su inscripción en el FAN FIFA, verificar en www.fan-id.ru
Entonces, con todo bajo control, a disfrutar de la fiesta mundial el fútbol; de la cortesía de los anfitriones; del exquisito arte culinario ruso; de los monumentos; del paisaje; y de la misteriosa Rusia que apenas empezamos a conocer desde perestroika y glasnost.


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