Desde que el hombre logró entablar comunicación con otros
congéneres cercanos o lejanos, el correo en sus diversos estadios se convirtió
en una fuente vital de las actividades humanas.
La evolución del correo estuvo estrechamente vinculada a la
modernización del comercio y del transporte terrestre, marítimo y aéreo. Y cada
vez, logró aumentar la rapidez de las entregas de sus contenidos ya fueran
éstos en la forma de encomiendas, cartas de amor, negocios o comunicaciones de
guerra.
Con la reciente irrupción del internet y la proliferación de
cuentas de correo gratuitas o pagadas, usted puede comunicarse con personas y entidades conocidas
o no de todo el mundo. El correo postal ha visto amenazada su existencia.
La disminución del correo postal ha sido dramática en el
caso de los Apartados Postales (P.O. BOX). De revisar el “apartado” todos los
días, esperando la ansiada correspondencia, en el transcurso, las visitas al
buzón fueron espaciándose a 3 veces por semana; semanalmente; bisemanalmente;
mensualmente; trimestralmente; hasta que, en un caso que conozco, el titular
del apartado dejó transcurrir 1 año durante el cual no ingresó una tan sola
pieza de correspondencia en su buzón WXYZ de la oficina de correos de
Tegucigalpa.
Y como en la novela de Gabriel García Márquez, El Coronel No Tiene Quien Le Escriba, la ilusión de recibir una sorpresa por la correspondencia
postal se ha ido desvaneciendo, como se han esfumado miles de amores platónicos
que surgieron tras prolongados períodos de intercambio epistolar. Hoy, las
sorpresas se reciben de inmediato con las alertas del teléfono celular.
El Servicio Postal de Los Estados Unidos en la década de 2001 a 2010, reportó pérdidas en 6 años durante ese período. HONDUCOR, la
Empresa de Correos de Honduras tuvo pérdidas acumuladas de L.95 millones entre
2011 y 2014, a pesar de haberse tornado importante en la entrega de encomiendas
que los emigrantes hondureños envían a sus familias para ser reclamadas en las
oficinas en donde HONDUCOR ofrece sus servicios.
Los servicios postales públicos enfrentan la competencia de
los correos electrónicos, circunscrita al envío de correspondencia, así como de
los servicios rapiditos privados en lo relativo a encomiendas, valores y
paquetes.
Sin embargo, las oficinas postales tradicionales continuarán
siendo importantes en la medida que, sobre los servicios que todavía brindan, agreguen
elementos imaginativos que faciliten la vida de los usuarios. Por ejemplo,
usted no tiene que visitar la oficina donde mantiene un apartado postal para
saber que hay una pieza de correspondencia esperando ser recogida. Por una módica
suma, un correo electrónico, un mensajito o una llamada telefónica desde el
servicio postal puede indicarle: “You got mail” y evitarse perder tiempo y
recursos, para encontrarse con un buzón de correo vacío.
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