jueves, 3 de mayo de 2018

PRIORIDADES

Una fila de 3 ciudadanos estaba haciendo cola frente el escritorio de una recepcionista de información de una entidad pública. El caso es que la fila no avanzaba porque la empleada por decisión propia o por instrucciones de sus superiores, privilegiaba la atención de las llamadas al teléfono fijo, en lugar de atender a quienes estaban parados en carne y hueso esperando que los “telefónicos” dejarán de hacer consultas.
Parece un fenómeno que se está volviendo más frecuente. Existe en entidades públicas y privadas una inclinación de atención al cliente dando prioridad al que está consultando o cotizando por teléfono en lugar de quienes, movilizándose desde largas distancias para gestiones públicas o comerciales de cualquier tipo invierten tiempo y recursos que cada día se tornan más escasos en Honduras.
Tanto en Tegucigalpa como en San Pedro Sula durante las horas pico de tránsito vehicular, existen atascos de hasta dos horas, dependiendo del congestionamiento de las vías que corresponda circular. En ciudades intermedias como La Ceiba y Danlí, los embotellamientos ya están alcanzando 60 minutos en las horas pico y en los lugares de mayor aglomeración.
El expediente del apersonamiento para realizar gran cantidad de actividades que pueden hacerse por la vía electrónica es una de las razones que obliga a la ciudadanía a desplazarse forzosamente por los escasos trechos existentes en las ciudades del país. Nos podemos llenar la boca con la cantidad de celulares y computadoras como signo de avance tecnológico. Pero, si no pueden utilizarse para facilitarle la vida a los ciudadanos, se está desperdiciando tiempo y recursos que podría usarse para fines más productivos.
Por otro lado, los esquemas robóticos de atención telefónica donde usted se enfrenta hasta a 20 opciones en etapas para formular el asunto a un humano que le pueda atender en el otro lado de la línea, también están complicando la existencia a los ciudadanos.
Para paliar la problemática planteada se requiere: un mejor ordenamiento vial; menos obligaciones a los ciudadanos de efectuar actividades personalmente; y fundamentalmente, privilegiar las atenciones al cliente a quienes el personal encargado tienen frente a ellos, en lugar de priorizar consultas hechas por teléfono.


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