viernes, 3 de junio de 2016

LETRA MENUDA

La letra menuda se utiliza y se aloja en instrumentos más allá de los contratos. Se transforma aparte de su contenido intrínseco en una exigencia visual y mental, que produce en el eventual afectado una especie de desgano por percatarse de lo que efectivamente está firmando o a qué se está comprometiendo.
Es común encontrarla en contratos de préstamo, pólizas de seguro, telefonía, arrendamiento, derechos de imagen y en avisos legales publicados en los periódicos como estados financieros, avisos de remate y los relativos a herencias, patria potestad y divorcios.
De manera usual, en el caso de los contratos el interesado tiene prisa y ansiedad por adquirir el bien o el servicio que lleva consigo compromisos en letra miniatura. En su arrebato, el cliente echa un vistazo a vuelo de pájaro al documento y firma sin mayor dilación, eludiendo la lectura, estudio y comprensión del contenido de esos detalles minúsculos que luego se convierten en dolores de cabeza cuando se descubre algo inesperado o tiene que llegarse a un litigio.
En el caso de los avisos de los periódicos, la publicación suele ser tan diminuta, que resulta desapercibida para los destinatarios de esta.
En gran parte de los casos, los potenciales afectados por las disposiciones en letra menuda suscribirán el contrato cualquiera sea el tamaño de la misma. El asunto es que al menos debe estar enterado de sus obligaciones y por consiguiente saber a qué atenerse.
En el ámbito privado, los contratos se consideran formulados de buena fe. Entonces, cuando se utilizan elementos físicos como el tamaño de la letra, no hay duda que existe una intención de sorprender a una de las partes. Y de hecho se establece un elemento de subordinación en contra del afectado.
El caso extremo de la letra menuda es la ausencia de contrato. En esta circunstancia el tamaño de la letra es cero y la indefensión del afectado es absoluta.

En teoría, el derecho privado trata los asuntos entre iguales mientras el derecho público tiene que ver con las relaciones de subordinación entre las personas y el Estado. La presencia de la letra menuda en los contratos, puede dar lugar a abusos. Es por ello que en años recientes, algunos países han prohibido su uso. 

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