domingo, 7 de mayo de 2017

PANORAMA ELECTORAL

La decisión de la Convención del Partido Liberal de Honduras de participar en una alianza política sólo sí su candidato presidencial, Luis Zelaya, es el candidato de tal coalición, ha marcado la cancha y el panorama que puede anticiparse para las elecciones generales de noviembre 2017.
La alianza LIBRE, PAC, PINU y Corazón Azul generaron su propósito de controlar la alianza política de oposición partiendo de la lógica de algunos refranes que privilegian como que todo es más favorable para quien se adelanta o anticipa en una acción determinada. Dicha expectativa tiene como contrapartida otro adagio que a veces resulta abrumadoramente práctico: “no por mucho madrugar, amanece más temprano”.
De hecho, la amenaza de la alianza opositora alertó al oficialismo que ha reaccionado al menos con dos acciones: 1) establecer su propia alianza partidaria; y 2) debilitar la alianza opositora por medio de su intervención en el PAC.
Antes de celebrar su convención, el Partido Liberal sabía que la alianza oficialista ya contaba con 7 miembros este noviembre en las mesas receptoras electorales (MER). Las MER se convertirán en un escenario clave que definirá sí los resultados electorales en todos los niveles electivos, corresponderán a una contienda limpia.
Luego de los resultados que se darán en las elecciones del PAC del 21 de mayo de 2017, dicha coalición oficialista contará en noviembre con 8 miembros en las MER. Con ese número de representantes, la alianza oficialista se garantiza copar los puestos directivos de las mesas, o sea asegurarse el control absoluto de las mismas en todo tipo de decisiones que haya que resolver por votación de sus integrantes el día de las elecciones.  
Quizá, la resolución de la convención del Partido Liberal sirva para una coalición con el partido   Alianza Patriótica, sí eso conviene a los intereses de ambos partidos. Entonces, se estaría contemplando en noviembre el accionar de 3 alianzas: una oficialista y dos opositoras.
Cualquiera que sea la decisión que asuma el presidente del PAC, luego de quedarse sin partido, la o las alianzas opositoras alcanzarán a tener 4 representantes en las MER.   La calidad de estos representantes en términos de personalidad, carácter y capacitación serán cruciales para contrabalancear la mayoría oficialista en las mesas.
Con una representación de 8 a 4 en las MER a favor de la alianza oficialista, otro de los mecanismos de contrapeso será la presencia de observadores independientes nacionales e internacionales para garantizar que nadie será obstaculizado en el ejercicio del sufragio y que la recepción, conteo y transmisión de resultados se hará de manera que se minimice las posibilidades de fraude.
La oposición deberá esmerarse en la capacitación de los votantes para reducir al máximo la pérdida de votos por razones de nulidad. Cada voto válido, tendrá esta vez, un valor inconmensurable.

Con el resultado de las elecciones generales de noviembre, se estará jugando el futuro de Honduras.  

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