lunes, 1 de mayo de 2017

POLITICA DE ALIANZAS


El Proyecto Administración y Costo de Elecciones (ACE) indica que los partidos políticos pueden celebrar alianzas sobre variedad de cuestiones como: participación mixta en las elecciones, formación conjunta del gobierno tras los comicios, oferta de apoyo externo a un gobierno existente y la unión de fuerzas con varios partidos para derribar a otro, para modificar elementos del sistema político o para determinar políticas concretas.
Pueden formarse alianzas con candidatos de cada partido político, integrantes de las mismas que ya no representarán más al partido por el que resultaron electos en los respectivos niveles electivos y circunscripciones geográficas.
Otra opción es presentar listas de los partidos en cada circunscripción geográfica o nivel electivo, a fin de garantizar el apoyo electoral para cada uno. Esta práctica previene los efectos adversos que la dispersión del voto podría ocasionarles a ellos o a los partidos de los cuales pueden esperar algún apoyo o cooperación.
En el caso hondureño, las dos alianzas que intervendrán serán de naturaleza parcial y corresponderán a los bandos oficialista y de oposición. Está pendiente para ambos casos, los grados de compromiso en el nivel electivo y geográfico, así como la duración de la alianza una vez pasadas las elecciones.
Información que ha trascendido en los medios de comunicación, anticipa que la alianza oficialista estará integrada por los siguientes partidos: Nacional, quien la presidirá, Democracia Cristiana, Unión Democrática (que ya ha sido cogobierno nacionalista) VAMOS y FAPER. La alianza opositora ya empezó a conformarse con los partidos LIBRE, PAC, PINU y la agrupación Corazón Azul. Falta por decidirse qué camino tomarán los partidos Liberal y Alianza Patriótica con respecto a las coaliciones o sí participarán en las elecciones generales independientes de las alianzas.
De acuerdo al presidente el PAC, el proyecto de alianza opositora que integra se ha “definido” desde el mes de octubre de 2016. Por su parte, el Coordinador de Libre señala que hay tres opciones para escoger al candidato presidencial: consenso, encuesta o votos. Tales situaciones podrían convertirse en desventaja para los partidos que no han especificado su ruta en cuanto a su influencia en el ideario, plan de acción política y programa de gobierno, principio de integración nacional, distribución de cargos de elección popular, financiamiento público y demás acuerdos bajo los cuales actuarán las alianzas.
En términos de representatividad ante los organismos electorales y particularmente las Mesas Electorales Receptoras(MER), la alianza oficialista manifiesta ventaja hasta ahora, al contar con más partidos integrando su alianza, lo que repercutirá en mayor número de integrantes en las MER influyendo en el proceso de recepción, recuento de votos y transmisión de resultados.
Como experiencia novedosa en Honduras, uno de los mayores retos para ambas alianzas consistirá en persuadir a sus seguidores que la oferta política “vendida” en elecciones primarias, para los partidos políticos que intervinieron, mejorará al participar en la alianza.




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