Cuando se observa al presidente de Corea del Norte aplaudiendo
casi todo el tiempo, uno se pregunta, ¿qué celebra tanto este caballero? Y el asunto es que otros mandatarios (¿o
mandones?) alrededor del mundo siguen su ejemplo.
Cuando uno sale en auto de su casa para hacer alguna
diligencia en Tegucigalpa, Honduras, debe tener en cuenta, al menos en las vías
que circula con regularidad, la memoria registrada de todos los baches que tiene
que capear, con mayor razón sí su auto es pequeño y bajo. Cuando su recorrido
es en zonas poco usuales, el mejor consejo es conducir despacio para eludir
sorpresas.
En cualquier vuelta que haga por la ciudad, encontrará que la
cantidad de baches es alarmante. Los encuentra de diversos tamaños en términos
de área en pies cuadrados y profundidad, capaces de provocar un accidente al
esquivarlos o dejar varado su automóvil y eventualmente inutilizado. En los
últimos meses, los gastos por reparaciones por causa de los baches han
aumentado de manera espectacular en detrimento de los conductores y beneficio
de las casas de venta de repuestos y los mecánicos.
Sería ingrato no reconocer la labor del actual alcalde de la
ciudad y su empeño por modernizar Tegucigalpa con pasos elevados, túneles y
rotondas para aliviar el tránsito capitalino. El punto es que, los ingentes
problemas de Tegucigalpa se han ido acumulando tras varias administraciones
edilicias, particularmente las 2 que precedieron a la actual, mientras
derrochaban recursos de préstamos extranjeros en un TRANS 450, de escasa
utilidad, enorme negligencia y evidente derroche con desvío de recursos.
Los pasos elevados continuarán y nos obligarán levantar la
mirada y reconocer que los impuestos que pagamos a la comuna capitalina se
están utilizando de manera constructiva como siempre debió ser. El problema es
que, mientras levantamos absortos la mirada, ya sea como conductores o transeúntes,
caemos en un bache y se nos daña el auto o nos fracturamos los huesos por una
caída. La obra de ordenar Tegucigalpa requiere de acciones simultáneas en varios
frentes como el bacheo de calles, manejo de desechos sólidos, control del derrame
de aguas negras, etc. El aplauso queda pendiente.
La próxima comuna capitalina deberá hacer una aproximación
holística a los problemas de Tegucigalpa y solucionar la agenda pendiente de
asuntos que nos permitan contar con una capital menos caótica, más ordenada,
aseada, acogedora y diferente. Y entonces quizás, volveremos a escuchar la
canción de The Andrews Sisters (Tegucigalpa, Youtube) o a leer los poemas que
nuestros bardos como Juan Ramón Molina dedicaron a esta ciudad que fue bella,
alguna vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario