sábado, 18 de noviembre de 2017

APLAUSO

Cuando se observa al presidente de Corea del Norte aplaudiendo casi todo el tiempo, uno se pregunta, ¿qué celebra tanto este caballero?  Y el asunto es que otros mandatarios (¿o mandones?) alrededor del mundo siguen su ejemplo.
Cuando uno sale en auto de su casa para hacer alguna diligencia en Tegucigalpa, Honduras, debe tener en cuenta, al menos en las vías que circula con regularidad, la memoria registrada de todos los baches que tiene que capear, con mayor razón sí su auto es pequeño y bajo. Cuando su recorrido es en zonas poco usuales, el mejor consejo es conducir despacio para eludir sorpresas.
En cualquier vuelta que haga por la ciudad, encontrará que la cantidad de baches es alarmante. Los encuentra de diversos tamaños en términos de área en pies cuadrados y profundidad, capaces de provocar un accidente al esquivarlos o dejar varado su automóvil y eventualmente inutilizado. En los últimos meses, los gastos por reparaciones por causa de los baches han aumentado de manera espectacular en detrimento de los conductores y beneficio de las casas de venta de repuestos y los mecánicos.
Sería ingrato no reconocer la labor del actual alcalde de la ciudad y su empeño por modernizar Tegucigalpa con pasos elevados, túneles y rotondas para aliviar el tránsito capitalino. El punto es que, los ingentes problemas de Tegucigalpa se han ido acumulando tras varias administraciones edilicias, particularmente las 2 que precedieron a la actual, mientras derrochaban recursos de préstamos extranjeros en un TRANS 450, de escasa utilidad, enorme negligencia y evidente derroche con desvío de recursos.
Los pasos elevados continuarán y nos obligarán levantar la mirada y reconocer que los impuestos que pagamos a la comuna capitalina se están utilizando de manera constructiva como siempre debió ser. El problema es que, mientras levantamos absortos la mirada, ya sea como conductores o transeúntes, caemos en un bache y se nos daña el auto o nos fracturamos los huesos por una caída. La obra de ordenar Tegucigalpa requiere de acciones simultáneas en varios frentes como el bacheo de calles, manejo de desechos sólidos, control del derrame de aguas negras, etc. El aplauso queda pendiente.

La próxima comuna capitalina deberá hacer una aproximación holística a los problemas de Tegucigalpa y solucionar la agenda pendiente de asuntos que nos permitan contar con una capital menos caótica, más ordenada, aseada, acogedora y diferente. Y entonces quizás, volveremos a escuchar la canción de The Andrews Sisters (Tegucigalpa, Youtube) o a leer los poemas que nuestros bardos como Juan Ramón Molina dedicaron a esta ciudad que fue bella, alguna vez.

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