En Honduras, existe un dicho principalmente en las zonas
rurales que sobrevive el paso del tiempo porque revela una de las facetas más
oscuras del espíritu humano: “Con tal llueva en la Finca de Cayito”. Se refiere
a la actitud egoísta más abyecta, ausente de algún hálito de empatía, solidaridad
e identificación con sus semejantes. A Cayito le importa un comino que los
cultivos de sus vecinos se pierdan como consecuencia de la sequía, con tal los
productos de su finca luzcan frondosos, sanos y listos para el mercado. Un
mercado que estará muy lejos, pues no podrá vender sus cosechas a aquellos hambrientos
y sin ingreso que lo rodean.
Desde hace 8 años y con mayor intensidad los últimos 4, la
mayor parte de los medios de comunicación de Honduras están actuando como el Cayito
del cuento. Danzando al son de contratos millonarios han apostado al
establecimiento de una dictadura que intenta instaurarse en el país. Su
prosperidad temporaria los obnubila y les hace pensar que no sólo navegan en
ríos de dinero, si no también, que comparten el poder con quien efectivamente
lo detenta.
Los medios, denominados el cuarto poder, han decidido que
una cuarta posición es muy lejana. Han escogido dar la espalda al pueblo al que
están obligados a defender por los privilegios que les otorgan las leyes para
que hagan su trabajo y han preferido estar a la siniestra de quien les distribuye
las migajas de los recursos públicos que no son suyos.
Algunos representantes de medios se sienten tan seguros -o
inseguros- del éxito del proyecto autoritario que defienden y promueven, que
incluso exponen abiertamente el control de las redes sociales para que nadie
perturbe su tranquilidad -de Cayito- y que los que se paran en sus espaldas
continúen despedazando el país con la impunidad que han construido para ellos a
su manera y a su medida.
En el pasado, los medios eran manejados por mentes preclaras
que contribuyeron en varias ocasiones a que el país no descarrilara en el caos.
Hoy, estamos ausentes de voces serenas, conciliadoras y previsoras. Firmes para
encarar los desaciertos de los gobernantes. Los actuales personajes de medios, pasaron a
medieros (persona que vende medias) con las disculpas para quienes se dedican a
este honrado oficio.
La miopía de los medios es incomprensible. Olvidan la
historia nacional y mundial. Una vez que se consolide la dictadura, serán los
primeros en sufrir la opresión y la represión, como se ha visto en la conducta
reiterada de los dictadores en todas partes. Y los Cayitos del cuento empezarán
a sufrir las consecuencias a manos del mismo monstruo que se despezuñaron en
crear.
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